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El presidente sirio asegura que la salida de Irak prestigia a España

El dictamen parlamentario sobre el envío de tropas a Haití no será vinculante

El presidente sirio, Bachar el Asad, celebró ayer en Madrid la retirada de Irak de las tropas españolas y afirmó que la decisión eleva el prestigio de España en el mundo árabe. Estrecho aliado del ex presidente del Gobierno José María Aznar, quien le defendió frente a las acusaciones de complicidad con el terrorismo, Asad se entrevistó ayer en Madrid con José Luis Rodríguez Zapatero. Éste se reunirá hoy en Londres con Tony Blair.

"España tiene más credibilidad entre los países árabes, aunque antes ya la tenía"

Los dos dirigentes coincidieron en que lo fundamental ahora en Irak es preservar la integridad territorial del país y acelerar la devolución de la soberanía a los iraquíes. En este último punto, Zapatero insistió, durante la rueda de prensa que celebró con el huésped sirio, en que "no hay ni la más mínima previsión" de que tropas españolas puedan regresar a Irak. Ni siquiera en el caso de que la ONU legitime el contingente internacional mediante la resolución del Consejo de Seguridad que se está negociando, afirmó.

Luego se refirió al caso concreto de Haití. El Gobierno no ha decidido aún si atenderá la petición de envío de tropas formulada la semana pasada por los presidentes de Chile y Brasil. Zapatero reiteró ayer que no se volverá a mandar fuera de España ningún contingente sin consulta previa al Parlamento, aunque, al menos de momento, especificó, el dictamen de la Cámara no será vinculante.

"La opinión de los grupos parlamentarios en la fase de consulta va a ser extraordinariamente relevante para el Gobierno", fue todo lo que dijo el presidente del Ejecutivo, tras recordar que los envíos de tropas van a ser regulados legalmente. Con anterioridad, Zapatero declaró que "con este Gobierno siempre habrá una consulta previa al Parlamento" sobre cualquier eventual envío de tropas, e insistió en que tales misiones "no se decidirán ni en las Azores [donde Aznar escenificó junto a George Bush y Tony Blair su apoyo a la invasión de Irak] ni en ningún otro sitio. Será en el Parlamento español".

El presidente del Gobierno dijo, una vez más, que la decisión del repliegue de Irak correspondía al compromiso electoral que adquirió el PSOE, pero también a su convicción de que "la lucha contra el terrorismo no pasa por el camino de las intervenciones militares, y menos sin son preventivas, como se dijo en el caso de Irak".

Bachar el Asad apoyó esa opinión y confirmó desde el primer momento que, tras "los grandes cambios positivos" registrados en la posición española hacia Irak, "España es ahora más capaz de jugar un papel positivo en Irak y también en Oriente Próximo".

"España puede jugar un papel muy importante para la paz en la región, y ahora tiene más credibilidad entre los países árabes, aunque antes ya la tenía", dijo en referencia a los contactos que mantuvo con Aznar.

El presidente sirio alabó públicamente, además, al ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, al que presentó como "un gran experto" en los problemas de Oriente Próximo por los años en que trabajó por la paz en aquella zona como embajador de la Unión Europea.

En relación con esas negociaciones, Asad constató el punto muerto en que se encuentran y responsabilizó del mismo a los israelíes, por las "torturas" que infligen a los palestinos y porque han construido un muro de separación entre las comunidades que, dijo, "no recuerda al de Berlín, sino al levantado en Suráfrica por el régimen del apartheid".

También pidió a España y, a través de ella a Europa, que se impliquen en el conflicto israelo-palestino con una visión autónoma de la de Estados Unidos, aunque terminó por admitir que no es previsible que la situación se desbloquee hasta que pasen las elecciones estadounidenses y según cuál sea su resultado.

Rodríguez Zapatero expresó su interés porque se reanude el proceso de paz, y más cuando está próximo a cumplirse -el próximo año- el décimo aniversario del inicio, en Barcelona, del diálogo euromediterráneo.

Preguntado por las noticias recogidas en algún medio de comunicación sobre supuestas conexiones de ETA con el grupo radical islamista Hezbolá, que mantiene sedes políticas abiertas en Siria, Asad negó la mayor. "Hezbolá es un partido que tiene participación en la vida política libanesa, tiene miembros en el Gobierno libanés, ha participado en elecciones y Siria tiene relaciones con Líbano y con Hezbolá como un partido político más", declaró. Y añadió: "No veo ningún contacto entre Hezbolá y ETA, ni geográfico ni político. El objetivo de Hezbolá es liberar territorios libaneses de la ocupación israelí. No tiene nada que ver con ETA".

Zapatero evitó respaldar personalmente estas afirmaciones. Simplemente, constató que el presidente sirio le había ofrecido "un marco amplio de cooperación frente al terrorismo, que, lógicamente, mira primero al terrorismo internacional, porque es la gran amenaza, pero que", insistió, "es amplio".

En el comunicado conjunto hispano-sirio hecho público anoche, ambos Gobiernos reiteran su objetivo compartido de que Oriente Próximo sea una zona libre de armas de destrucción masiva y subrayan que el diálogo, y no las sanciones, es el mejor cauce para las relaciones entre los Estados.

Zapatero ha aceptado la invitación de visitar Siria que le ha extendido el presidente Asad.

Los servicios de seguridad de La Moncloa impidieron la entrada a la rueda de prensa del periodista Tayseer Alouny, corresponsal de la cadena Al-Jazzira, detenido el pasado 5 de septiembre por orden del juez Baltasar Garzón bajo la acusación de colaborar con Al Qaeda.

Rodríguez Zapatero escucha al presidente sirio, Bachar el Asad, durante la rueda de prensa en La Moncloa.
Rodríguez Zapatero escucha al presidente sirio, Bachar el Asad, durante la rueda de prensa en La Moncloa.LUIS MAGÁN

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