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Entrevista:ÁLVARO GIL-ROBLES | Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa

"Si Guantánamo estuviera en Rusia, hablaríamos de Gulag"

Pilar Bonet

"Si la prisión norteamericana de Guantánamo estuviera en Rusia, hablaríamos de Gulag". El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Álvaro Gil-Robles, se expresa así tras una misión en Moscú en la que ha obtenido luz verde del presidente Vladímir Putin para realizar un informe general sobre el país. Con el beneplácito del máximo dignatario, el ministro de Justicia, Yuri Chaika, ha asegurado ya al comisario que las puertas de las cárceles de Rusia están abiertas para él.

El telón de fondo de Guantánamo o el trato dado por las tropas norteamericanas y sus aliados a los prisioneros en Irak debilitan la imagen de la democracia occidental en Rusia. Gil-Robles opina que los países occidentales "no muestran hoy ningún entusiasmo por defender realmente los valores y principios reflejados en la Convención Europea de Derechos Humanos".

"Aún hay que hacer un enorme trabajo en Rusia para que entienda qué es la democracia"
"Le he dicho a Putin que hay que terminar con la violencia y los crímenes en Chechenia"

"Hay un discurso teórico y una realidad práctica. La mayoría de los países occidentales están introduciendo medidas restrictivas en su legislación bajo pretexto de la lucha antiterrorista y adoptan leyes cada vez más difíciles en materia de extranjería. Esto afecta no sólo a los Estados, sino a la propia Unión Europea y a la aplicación de normas que convierten a los extranjeros en sospechosos de terrorismo en potencia", señala.

"Los Estados miembros del Consejo de Europa no toman una posición beligerante activa. Estamos asistiendo en silencio, casi sin reaccionar, a espectáculos como el de las cárceles de Irak y Guantánamo", dice Gil-Robles.

"Al juzgar el cumplimiento de los derechos humanos, hay dobles raseros y estamos perdiendo mucha fuerza en la lucha antiterrorista, porque en vez de basarla en una legislación correcta y una policía bien preparada, la basamos en la reducción de las garantías. Por ese camino, los terroristas nos han ganado la batalla. ¿Qué clase de confianza tenemos en nuestro sistema democrático que, cuando surge el miedo, renunciamos a todas las garantías y comenzamos a aplicar medidas draconianas?", afirma.

En Rusia, Gil-Robles felicitó al presidente Vladímir Putin por haberse manifestado en contra de restringir las libertades cívicas y los derechos humanos en nombre de la lucha contra el terrorismo. Las palabras de Putin en su discurso sobre el estado de la nación pueden ser correctas, pero el Parlamento, controlado por sus seguidores, ha aprobado hace poco un aumento del plazo de prisión preventiva hasta 30 días para los sospechosos de terrorismo y otros delitos.

"Rusia es un país de inmensas contradicciones. Aún hay que hacer un enorme trabajo para que se entienda lo que es la democracia, lo que significa discrepar, lo que es la oposición y muchas otras cosas. Nuestro trabajo es pedagógico", puntualiza el comisario.

Putin dijo a Gil-Robles que necesita información objetiva sobre el estado de los derechos humanos en Rusia, y aceptó que el resultado de su informe puede ser "desagradable". "Putin quiere un informe externo objetivo, aunque no le guste", señala el comisario. "Es importante para nosotros mismos, para Rusia, para la joven democracia rusa y para toda Europa, porque con ayuda de instituciones como la suya, debemos elaborar principios y normas generales", señaló el presidente al comisario, en una secuencia emitida por televisión.

Putin ha criticado a las organizaciones de derechos humanos que se mantienen con ayudas del extranjero. El comisario opina que el presidente se muestra "muy sensibilizado con algunas entidades que han estado siempre en una posición hipercrítica sin reconocer jamás los cambios". Insiste en que "hay que defender las ONG hasta el final, porque son un elemento muy positivo. Algunas que viven con dinero extranjero, como los comités de madres de los soldados de Rusia, por ejemplo, hacen un trabajo magnífico".

La situación en la república caucásica de Chechenia fue uno de los temas tratados por el comisario y sus interlocutores rusos. "Hay que reconstruir las fábricas, las escuelas, para que los chechenos puedan vivir como personas, y hay que hacer también la reconstrucción civil de Chechenia, que acaba de sufrir un duro golpe". Cree Gil-Robles que el líder checheno Ajmad Kadírov, asesinado el 9 de mayo, "había comenzado a reunir en torno a sí a chechenos de casi todos los colores, suyos y de la oposición. Estaba sacando a los guerrilleros de las montañas, dándoles amnistías e integrándoles en sus fuerzas de seguridad. Es decir, estaba haciendo un trabajo de fondo que muchos no han entendido, pero que era importante". "El presidente dijo que Kadírov era un hombre que intentaba honestamente una solución política en Chechenia y que su muerte le ha dolido mucho, pero añadió que se equivocan quienes piensan que su muerte ha desestabilizado la situación. Aseguró que no piensa imponer un estado de excepción ni cosa que se le parezca, y que las instituciones seguirán funcionando y habrá elecciones presidenciales", dijo el comisario.

Chechenia sigue siendo un lugar peligroso, donde la gente desaparece, "aunque las operaciones masivas de limpieza de las tropas federales se han interrumpido". Según el comisario, hay quien perece en ajustes de cuentas, hay secuestros por dinero y hay quien emigra. También hay quien es asesinado por miembros del Ejército federal o de la policía de Kadírov. "Es evidente que hasta que esto termine, no va a haber seguridad. No se puede hacer una acusación general contra el Ejército, pero en él hay elementos que no están interesados en que termine la violencia en Chechenia", afirma.

"Le he dicho a Putin que creía que había que terminar con la violencia y los crímenes, porque están socavando todo el proceso. Él me dio la razón y me ha dicho que está decidido a combatirlos. No ha dicho cómo, pero ha aceptado que hay un problema. Cuando le he dicho que en Chechenia actúan elementos incontrolados, no ha salido diciendo que el Ejército es la salvación de la nación".

El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Álvaro Gil-Robles, en una foto de 2001.
El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Álvaro Gil-Robles, en una foto de 2001.B. PÉREZ

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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