La policía halla documentos de los polizones en el buque que los abandonó
El arresto de dos marineros eleva a cinco el número de detenidos
La policía ha reunido nuevos elementos incriminatorios contra los oficiales del buque de bandera panameña Wisteria, a quienes varios de sus tripulantes acusan de haber abandonado en mitad del Atlántico a cuatro polizones africanos. Los testimonios prestados por algunos marineros a la policía de Ribeira (A Coruña), donde el barco atracó el pasado viernes, son coincidentes y no presentan contradicciones. Las fuerzas de seguridad también han encontrado a bordo documentos personales de los polizones, según fuentes próximas a la investigación. La balsa donde fueron abandonados era una simple superficie de madera en la que apenas había espacio para más de una persona, por lo que las posibilidades de encontrarlos con vida son muy remotas.
Ante el cúmulo de pruebas recogidas, las autoridades españolas ya han comunicado a las embajadas de los países implicados las acusaciones que pesan sobre sus ciudadanos. El capitán, el primer oficial y el jefe de máquinas, los tres surcoreanos, como la empresa armadora del buque, quedaron detenidos en comisaría entre el viernes y el sábado. Ayer pasaron a la misma situación dos de los 14 marineros, todos de nacionalidad china. La policía tiene previsto ponerlos hoy a disposición del juzgado de instrucción de Ribeira.
Fue uno de los marineros chinos quien denunció los hechos el pasado viernes mediante una nota que hizo llegar al práctico del puerto que les auxiliaba en la maniobra de atraque en Ribeira, donde iban a desembarcar un cargamento de atún congelado procedente de Dakar, la capital de Senegal. Varios de los tripulantes han corroborado en términos similares la misma historia. Tras descubrir a los polizones, el capitán decidió abandonarlos en el océano el pasado día 23, cuando el buque navegaba a unos 2.000 kilómetros de las Islas Canarias.
Los africanos fueron condenados a una muerte casi segura, a no ser que se hubiesen encontrado con otro barco en pocas horas. La balsa, según los testimonios recogidos por la policía, era un rudimentario objeto de madera en el que ni siquiera cabían los cuatro. La decisión del capitán, señalaron las fuentes consultadas, fue casi equivalente a arrojarlos al mar. Salvamento Marítimo ha sido informado para que trate de localizar a los náufragos, pero no se puede precisar con exactitud el lugar donde fueron abandonados, ni mucho menos cuál pudo ser la deriva que siguieron desde entonces.
El Wisteria, que enarbola pabellón de conveniencia panameño, transportaba atún congelado para las fábricas de conservas de la ría de Arousa (Pontevedra). El buque tiene tras de sí un siniestro historial de brutalidades. El año pasado, otro grupo de marineros asiáticos acusó al capitán de darles a beber agua de mar, proporcionarles alimentos caducados y negarles jabón para su aseo. Algunos de los estibadores del puerto de Ribeira que accedieron a las bodegas para descargar el pescado sufrieron vómitos y diarreas por los malos olores que desprendía, ya que uno de los equipos de refrigeración estaba averiado. La descarga del buque aún no se ha reanudado.
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