Algunas razones para patentar las universidades
En España, y aún menos en las universidades, está poco desarrollada la práctica de la comercialización de la tecnología a partir de patentes. Por otra parte, la actividad patentadora de las universidades no ha estado exenta de controversia. ¿Por qué, entonces, patentan las universidades? "Nosotros patentamos porque es una manera de cooperar con las empresas", explica Fernando Conesa. "Genera en las empresas confianza en que pueden tratar con alguien que protege lo que produce". En ese sentido, la patente aparece como un instrumento de márketing de cara a la empresa. "A veces, si ofreces una tecnología que no está patentada, las empresas ni hablan contigo", reconoce Alfonso Cueto, responsable de este área en la OTRI de la Universidad de Alicante. Más aún, Cueto recuerda que en el sector farmaceútico hay un dicho acerca de que "el principal principio activo de un producto es la patente".
Otra razón para patentar es "el mucho dinero que se gasta en investigación pública", señala Fernando Conesa. Hay tecnologías que "merecen ser patentadas, para después poderlas transferir", añade. No obstante, de toda la tecnología que transfiere una universidad, no se llega a patentar ni el 30 %, puntualiza el director del CTT: Hay inventos que son fácilmente explotables porque no requieren grandes inversiones o esfuerzos para su desarrollo, "por eso no se ceden a nadie en exclusiva".
Cooperar con empresas
Dada la corta experiencia de las universidades españolas en patentar, no faltan investigadores que "quieren patentar por currículum", comenta Ana Cortés, "y tenemos que disuadirles". Y ¿como fuente de ingresos para la universidad? "Eso hay que mirarlo a largo plazo", argumenta Cortés. En la Politécnica, sin embargo, ya se hablaba en 2001 de que "las licencias de tecnología, básicamente ligadas a la explotación de patentes, se empiezan a consolidar como una fuente de ingresos incipiente". De hecho, para Fernando Conesa hay en todo esto un mensaje que va más allá del simple hecho de patentar invenciones. Es un mensaje que, de alguna forma, se repite en los informes anuales del CTT que dirige en la Politécnica. Si se parte del reto establecido de llegar algún día al 3% del PIB en Investigación + Desarrollo + Innovación, "limitarse a contratar con empresas y publicar supone llegar al 1 %", asegura. Superar ese listón, "pasa", añade Conesa, "por proteger los resultados de la investigación e ir generando con esa protección desarrollos conjuntos con las empresas, en cooperación con ellas".
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