Cubadisco 2004 sirve de escaparate de la nueva música de la isla
Martirio y Diego el Cigala encabezan la representación española
Aunque su valor y eficacia como instrumento para la promoción internacional de la música cubana es relativo, la feria Cubadisco, que este año celebra su octava edición, ha logrado consolidarse como un acontecimiento nacional capaz de poner la isla patas arriba, musicalmente hablando. Durante esta semana (la feria se clausura mañana) se celebran más de un centenar de conciertos y numerosas presentaciones de discos y libros.
Una de las actividades centrales de Cubadisco 2004, dedicado a la música del Caribe, es el maratón musical El son más largo del mundo, iniciado el pasado día 15 en Santiago de Cuba y cuya traca final tendrá lugar este fin de semana en la Tropical de La Habana con un gran concierto de orquestas de salsa. En total, 3.000 músicos y 300 agrupaciones de toda la isla han participado en esta locura de bailes y ritmo, 336 horas ininterrumpidas de sones, timba y salsa, que ha hecho escala en todas las provincias del país.
La ganadora del Gran Premio Cubadisco 2004 fue Teresa García Caturla, una de las protagonistas del fenómeno Buena Vista Social Club, pero esta vez con el CD Llegó Teté, producido por la discográfica cubana Bis Music. Siete, del trovador Carlos Varela, se llevó el premio en la categoría de trova, pop y rock; en jazz, Chucho Valdés arrasó con su disco Irakere 30 años; y Silvio Rodríguez fue premiado como productor del año.
En la feria ha habido conciertos de homenaje a Leo Brouwer, al tresero Pancho Amat, al pianista Frank Fernández; presentaciones de muchos quilates como la ofrecida la noche inaugural por Chucho Valdés e Irakere; y las habituales propuestas de la SGAE, que este año, entre otros, trajo a Martirio -triunfo absoluto en su concierto en el teatro Nacional-, y Diego el Cigala, con Chucho incorporado a la promoción de Lágrimas negras, el disco que su padre, Bebo Valdés, realizó el año pasado con el cantaor gitano. La gira mundial de Lágrimas negras arrancó anoche en La Habana.
Cubadisco es un buen escaparate para conocer qué música se está haciendo en la Cuba de hoy, y no sólo la más popular, sino también la menos conocida internacionalmente, como la música coral y de concierto o el jazz; y también para seguir la trayectoria de algunos artistas poco promocionados, como el guitarrista Sergio Vitier, que presentó Del Renacimiento... a la Rumba, un trabajo que recrea piezas clásicas con virtuosismo. Pero que la feria sirva de plataforma a los artistas para su promoción internacional es harina de otro costal. "Depende de factores, indudablemente políticos y que tienen que ver con el bloqueo norteamericano. Entrar en los circuitos internacionales de distribución no es sencillo", asegura Ciro Benemelis, director de la feria. Hace 20 años, en Cuba sólo había una casa discográfica -la Egrem- y tres o cuatro estudios de grabación. Hoy son 12 las discográficas nacionales, una quincena los estudios, y en 2003 se editaron 130 discos, un récord dadas las condiciones del país.
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