Temporada de ensayos
Rem Koolhaas, cuyos diagnósticos acerca del estado de la profesión son tan apreciados como sus edificios -y en los últimos meses ha encadenado las inauguraciones de la Embajada holandesa en Berlín, de un edificio multiusos para el Illinois Institute of Technology (IIT) en Chicago y de la biblioteca de Seattle- es también un autor de best sellers. Su voluminoso S,M,L,XL fue sin duda un superventas, como ahora lo es Content, el catálogo de su última exposición. Editado por Taschen, contiene una mezcla entre seductora y repugnante de mapas, diagramas, collages, fotos, escritos -propios y ajenos- e imágenes de sus proyectos, que mezclan la arquitectura con la política, la economía y la cultura del consumo. Para digerir este menú tipo bufé, o mejor para abrir el apetito, acaba de aparecer Delirio de Nueva York, la traducción española (a cargo de Jorge Sainz y editada por Gustavo Gili) del primer libro del holandés, un texto de culto.
Lo más sorprendente del panorama editorial último es probablemente la alegre proliferación del ensayo
En los antípodas de la estridente puesta al día del estado del mundo a cargo de Koolhaas, se encuentra la publicación sobria del trabajo de toda una vida. El norteamericano Peter Eisenman reúne en un elegante volumen el fruto de más de tres décadas de investigación en torno al autor de un icono de la modernidad como la Casa del Fascio. Giuseppe Terragni: Transformations, Decompositions, Critiques (The Monacelli Press, 2003) ha aparecido oportunamente para sumarse a las celebraciones este año del centenario del arquitecto italiano, pero es algo más: expone la visión de su autor acerca de la producción y de los métodos de análisis de las formas arquitectónicas. Eisenman, que nunca ha dejado de estar presente en los debates teóricos, publica simultáneamente Blurred Zones (también en Monacelli), que da cuenta de su crecientemente fecunda faceta profesional con proyectos como el de la Ciudad de la Cultura de Galicia en Compostela.
La monografía de autor continúa siendo el género más popular de la edición de arquitectura, y sus variantes se multiplican. Si David Chipperfield se encomienda a Polígrafa para que le confeccione un tomo (Arquitecturas 19902002) tan estricto como su propia obra -delicado en la factura de las tapas negras en relieve y sedante en el desfile de prismas que ofrecen sus páginas-, Alejandro Zaera tiene un inteligente interlocutor en la editorial Actar, que ha producido Filogénesis, donde el trabajo de la Foreign Office Architects se clasifica en especies, y donde cada proyecto se expone como si fuese el resultado de una evolución biológica. Aranda, Pigem y Vilalta también recapitulan, sin escatimar detalles, lo que han realizado hasta ahora, y lo hacen con Gili; Alberto Campo Baeza, que ha expuesto en la basílica Palladiana, vuelve con monografía de Electa; y el estudio Morales, Giles y Mariscal se retrata en un formato pequeño pero ambicioso que publica la editorial Rueda. Por su parte, la británica Phaidon, que ha instalado sucursal en Barcelona y acaba de lanzar un colosal atlas de la arquitectura mundial, publica Tadao Ando: los colores de la luz, para los amantes de la fotografía en general y del japonés en particular.
Con todo lo seductoras que
puedan llegar a ser las obras de autor puras y duras, los libros donde la arquitectura dialoga con otras disciplinas interesan cada vez más a doctos y profanos. De Siruela es muy recomendable el de Juan Antonio Ramírez titulado Edificios-cuerpo. Y de Gustavo Gili merecen la pena los tres libritos bilingües español-inglés de la nueva colección Land & Scape Series, dirigida por Daniela Colafranceschi: Walkscapes (de Francesco Careri), sobre la experiencia física del entorno; Waterscapes (de H. Izembart y B. Le Boudec), acerca de la depuración de aguas mediante sistemas vegetales, y Artscapes (de Luca Garofalo), en torno a los puntos de encuentro con las artes plásticas. Y ese mismo espíritu de integración tiene Paisaje y memoria, catálogo de la exposición del mismo título que articula mejor el contenido que el montaje de la Casa Encendida. Y como rareza exquisita, una obra del arquitecto y escritor sevillano José Joaquín Parra Bañón, que ya publicó Pensamiento arquitectónico en la obra de José Saramago con Ediciones El Desembarco, donde aparece ahora Tratados de poliorcética o "arte de atacar y defender las plazas fuertes".
Pero lo más sorprendente del panorama editorial último es probablemente la alegre proliferación del ensayo. Libros con lo que dijeron los maestros, como es el caso de Louis I. Kahn: escritos, conferencias y entrevistas (El Croquis Editorial, 2003); de arquitectos con una dimensión reflexiva, como Arquitectura lengua muerta y otros escritos, de Giorgio Grassi (Ediciones del Serbal, 2003) o Escrito en el tiempo, de José Ignacio Linazasoro (Universidad de Palermo, 2003); y ediciones colectivas como Textos de crítica de arquitectura comentados (UPM, 2003), a cargo de Ginés Garrido y Andrés Cánovas, o Los brillantes 50 (T6, 2004), coordinado por José Manuel Pozo: en el primero, artículos de figuras históricas y contemporáneas encuentran eco en las lecturas personales de otros tantos autores, y en el segundo, el coro de comentarios críticos reivindica la modernidad española.
Este recorrido no puede termi-
nar sin dos puntualizaciones. Es impropio de una casa seria como Akal traducir del francés y actualizar el Diccionario de la arquitectura del siglo XX que coordinó Jean-Paul Midant, y publicarlo finalmente en una edición tan descuidada en los datos que ofrece como en la selección de imágenes. Y es alentador encontrar el Diccionario Lid de construcción e inmobiliario, un repertorio necesario hecho desde el castellano, primorosamente redactado y con correspondencias en inglés, francés y alemán; en total, 10.000 términos de arquitectura, ingeniería, urbanismo, domótica...
Los profesionales de las distintas áreas y los traductores implicados -bajo la dirección de Luis de Villanueva, Marcelino Elosúa y Santiago Vega- han construido una herramienta de precisión lingüística.
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