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LA POSGUERRA DE IRAK | Los combates

EE UU y el clérigo rebelde Al Sáder acuerdan el fin de los combates en Nayaf

La coalición suspende temporalmente la orden de captura dictada contra el líder chií

Los responsables de la fuerza de ocupación de Irak dirigida por EE UU ordenaron ayer el cese de las operaciones en la ciudad santa chií de Nayaf, después del acuerdo alcanzado con Múqtada al Sáder, caudillo de los radicales chiíes, quien ha encabezado un levantamiento durante los dos últimos meses. Esta tregua parece poner fin a un implacable y sangriento empate bélico, mientras la autoridad norteamericana se prepara para la entrega de soberanía a un Gobierno interino iraquí el 30 de junio. Dan Senor, portavoz de la coalición, confirmó que había un "primer paso" hacia el alto el fuego.

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Según el acuerdo alcanzado, las fuerzas de la coalición continuarán en Nayaf, 170 kilómetros al sur de Bagdad, hasta que las fuerzas policiales iraquíes puedan asumir por completo el control de la seguridad en la ciudad. Una vez que el despliegue iraquí esté ultimado en Nayaf, las fuerzas de la coalición se retirarán tras dejar pequeñas "unidades de protección" para vigilar las oficinas de la coalición y la sede del Gobierno de la provincia. Entretanto, las tropas de la coalición cesarán todas las hostilidades en la ciudad.

Al mismo tiempo, los combatientes leales al clérigo chií rebelde Múqtada al Sáder deberán evacuar todos los edificios oficiales y abandonar la ciudad, excepto aquellos que vivan en Nayaf. Senor también aseguró que Al Sáder había aceptado entablar negociaciones con los líderes chiíes de Irak para disolver su milicia, llamada el Ejército del Mahdi [Mesías].

"Si estos compromisos se cumplen, los habitantes de Nayaf y de su provincia podrán volver a vivir con normalidad", aseguró el portavoz de la coalición. "También van a poder reanudarse las peregrinaciones a la tumba del imán Alí, al tiempo que se impedirá que puedan causarse nuevos daños a ese santuario".

Sobre Múqtada al Sáder pende una orden de busca y captura dictada por las autoridades norteamericanas e iraquíes en relación con la muerte de un clérigo rival. Como parte del acuerdo de alto el fuego anunciado ayer, las autoridades de la coalición van a suspender temporalmente las medidas encaminadas a su detención, aunque Senor insistió en que Al Sáder debe disolver su milicia y entregarse a las autoridades. El portavoz de la coalición eludió, sin embargo, dar un ultimátum para la rendición del clérigo chií. "Esperamos que Múqtada al Sáder y los representantes chiíes entablen discusiones lo antes posible para solucionar todos estos asuntos", explicó Senor.Las autoridades norteamericanas en Irak insistieron en que han estado actuando en función de las negociaciones conducidas por los líderes chiíes.

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El portavoz de Al Sáder, Qais al Jazali, confirmó también que se había alcanzado un acuerdo de alto el fuego "para poner fin a la trágica situación de Nayaf y la violación de los santos lugares. El cese de hostilidades se produce al día siguiente de la detención de Riad al Nuri, lugarteniente de Al Sáder, por parte de las fuerzas de la coalición. Al Nuri, una figura clave dentro de las milicias radicales chiíes, ha sido ya entregado a las autoridades iraquíes para que sea juzgado por los mismos cargos que pesan sobre Al Sáder.

Si la tregua entra definitivamente en vigor, servirá al menos para acabar con los peores enfrentamientos armados en las ciudades chiíes de Irak desde que se iniciara, hace más de un año, la ocupación militar norteamericana. Cientos de iraquíes han muerto en los choques de Nayaf y Kerbala, según fuentes médicas. Los combates se han desarrollado en las inmediaciones de los lugares más sagrados de ambas ciudades, centros de peregrinación para la comunidad musulmana chií.

Una delegación del Consejo de Gobierno iraquí, aliado de Estados Unidos, viajó ayer a Nayaf para iniciar negociaciones sobre una inmediata protección de los lugares sagrados mientras se alcanza una solución política definitiva. "Nuestro objetivo es reactivar todas las iniciativas pacíficas", dijo Jawad Bolani, miembro del Consejo de Gobierno. Cuando regresaba de la ciudad santa hacia Bagdad, una integrante del Consejo, Salama al Jafaji, salió ilesa de una emboscada en la carretera.

[Entre los miembros de la delegación del Consejo provisional se encontraba el también chií Ahmad Chalabi, cuyo papel en el desencadenamiento de la intervención norteamericana acaba de ser cuestionado por Washington, informa la agencia Reuters. Centenares de combatientes del Ejército del Mahdi comenzaron a abandonar ayer sus posiciones en el frente con sus fusiles en bandolera en camiones donde cargaron sus morteros y armas pesadas].

Seguidores de Al Sáder, en la mezquita del imán Alí, en Nayaf.
Seguidores de Al Sáder, en la mezquita del imán Alí, en Nayaf.REUTERS

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