El 'sí' del Consejo bloquea la directiva de patentes de 'software' en Europa

Consejo de ministros, "a favor"; Parlamento, "en contra". No hay acuerdo en la Unión Europea sobre la directiva de las invenciones implementadas en ordenador, sobre las patentes de programas informáticos.

En la reunión del Consejo de la Competitividad de la semana pasada, los países miembros adoptaron

una "posición común" favorable a las patentes de programas, con el único voto en contra de España porque "teme" que la directiva frene el desarrollo del software libre, utilizado por los gobiernos autonómicos de Extremadura, Andalucía y Valencia.

El texto adoptado por el Consejo difiere de la propuesta del Europarlamento en tres aspectos básicos: la definición de técnica, la introducción de reivindicaciones de programas (software claims, en inglés) y la eliminación de la enmienda que permite acceder al código fuente de un programa para garantizar la interoperatibilidad con otros aparatos, una enmienda que soliviantó a la industria.

Frits Bolkestein, Comisario de Mercado Interior, manifestó su satisfacción por la decisión "política común" adoptada. "La propuesta garantiza que las invenciones no están excluidas de la protección que otorga la patente porque utilizan software. Creo que se ha conseguido el equilibrio y deseo que el Parlamento lo adopte con rapidez".

Los sectores que se han movilizado contra la directiva manifestaron su rechazo y criticaron que el Consejo desconozca la voluntad de los representantes europeos.

Ahora, la patata caliente se encuentra, de nuevo, en el tejado de la Eurocámara, que deberá decidir sobre la polémica directiva después del verano, cuando los nuevos europarlamentarios elegidos tras los comicios del 13 de junio tomen posesión de sus escaños.

Fuentes consultadas por Ciberp@ís aseguraron que "probablemente" el parlamento rechace otra vez la propuesta de directiva ya que el Consejo ha abierto la puerta a las patentes de software abonándose a las tesis de la Comisión e ignorando las enmiendas, más de 50, que introdujeron.

La cosa va para largo. Si la Cámara Alta comunitaria no acepta "todas" las enmiendas introducidas por el Consejo, la propuesta será nuevamente rechazada y se acudirá al procedimiento de conciliación, ya que la directiva está sujeta al mecanismo de codecisión: necesita el acuerdo entre ambos organismos. Si tampoco se consigue allí, la directiva podría ser retirada y la Comisión debería presentar una nueva.