Chabolas en Sevilla

Ayer, lamentablemente, pude contemplar una vez más la gran carencia y desinterés social y político que supone que en nuestra sociedad siga existiendo algo tan semejante como ese mal llamado "tercer mundo", justamente delante nuestra, en nuestra ciudad, concretamente en Sevilla. ¿Por qué permitimos que todavía en esta sociedad existan situaciones tan dramáticas?

Aspiramos en el nuevo milenio ser una tierra avanzada, que nos brinde posibilidades para que todos podamos equipararnos al resto de ciudades modernas de Europa; que Andalucía sea una tierra de progreso, justa y democrática. Pero no a todos llega ese espíritu emprendedor, que dé tiempo a replantearse un mejor futuro para su familia para sus hijos y para su gente.

En Sevilla siguen existiendo asentamientos chabolistas, inclusive uno de los más antiguos de toda Europa (más de 70 años), El Vacíe. ¿No ha llegado la democracia a estas familias, ni la justicia, y qué decir de esa modernidad? Difícilmente veremos entre sus habitantes a jóvenes que sean médicos, escritores, abogados, maestros..., ¿por que? Porque viven entre cartones, cucarachas y ratas.

Me resulta vergonzoso incluirme en un sistema donde hay que estar preparados para afrontar el despegue definitivo de nuestra tierra, por el simple motivo de que aún coexisten núcleos de estas circunstancias en la periferia de nuestra ciudad. Son muchas las familias, en el caso del Vacíe, que siguen reivindicando su derecho a conseguir una vivienda digna, una mejor vida para sus hijos, un asentamiento con más de 800 personas. Los Bermejales es otro caso: llevan 20 años aguantando las miserias aunque ya han realojado a 19 familias y quedan 150 personas que quieren que salgan de allí lo antes posible, por puro interés empresarial.

Desde Amuradi denunciamos la injusticia en que se encuentran las familias. No queremos este tipo de progreso en nuestra tierra si no cuentan con todos los ciudadanos, no aceptamos esa indiferencia ante el sufrimiento más doloroso de todas estas familias que no tienen opciones ni libertad para mejorar sus condiciones de vida, queremos que se garanticen los derechos que les pertenecen como ciudadanos españoles.

Amuradi, que es una entidad que agrupa a un porcentaje importante de universitarias y universitarios gitanos y no gitanos, creemos fielmente en el progreso de nuestra tierra, creemos fielmente en el progreso de nuestra sociedad y creemos que todos tienen derecho a incorporarse a ese tren de progreso.

Hago un llamamiento a los poderes públicos y a los ciudadanos para que no dejen a estas personas tiradas en la cuneta porque, si no, sería nuestra tierra una tierra que no avanzaría ni en valores ni en principios. Como ciudadanos tenemos la obligación de denunciar estos hechos, ya que es uno de los mayores oprobios de Andalucía y especialmente de Sevilla.