"La clave está en el concepto de cosoberanía"

"Que nadie pretenda que el PNV entre nuevamente en una negociación de transferencias pendientes del Estatuto de Gobierno", advierte el presidente del Bizkai Buru Batzar (la ejecutiva del PNV de Vizcaya), Iñigo Urkullu, reelegido tras derrotar ampliamente al candidato respaldado por Xabier Arzalluz. Insiste Urkullu en la disposición de su partido y del lehendakari Ibarretxe a discutir con la máxima apertura sobre los contenidos de la Propupuesta de Estatuto Político presentado por el Gobierno tripartito, pero descarta que vayan a retirarla, como reclaman los socialistas, para abordar una reforma del Estatuto siguiendo el modelo de Cataluña, sin textos previos.

En una entrevista con EL PAÍS, el líder de la organización más poderosa del PNV recalca que el "problema político vasco" no se resume "en la gestión de unas competencias". Por ello, apunta que el planteamiento de revisión de estatutos y reformas constitucionales limitadas anunciado por José Luis Rodríguez Zapatero puede ser válido "para otros partidos con otras aspiraciones", pero no para el PNV. Urkullu no se aparta una línea del plan Ibarretxe cuando expone que su objetivo es que se reconozca el "ser jurídico de la sociedad vasca", a partir del cual definir una relación de igual a igual entre Euskadi y España.

"Hay una clave de bóveda para nosotros: [establecer] un sistema de garantías bilateral entre Euskadi y el Estado español, que se resume en el concepto de cosoberanía", indica. En este sentido, reitera su oferta al PSE-EE de "flexibilizar el ritmo del debate" de la propuesta en el Parlamento vasco para permitir a los socialistas que presenten sus aportaciones o una alternativa, al tiempo que critica su rechazo a hacerlo. Precisa Urkullu que, en cualquier caso, se mantiene el compromiso de que la propuesta sea votada antes de que concluya la legislatura por el pleno del Parlamento vasco, un hecho que los partidos del Gobierno de Ibarretxe sitúan en diciembre.

Dada la firme oposición del PP y del PSE al plan, la única posibilidad de que salga aprobado por mayoría absoluta pasa por que reciba al menos tres votos del grupo de la ilegalizada Batasuna (Sozialista Abertzaleak). Sin embargo, el presidente del PNV vizcaíno rehúsa anticipar qué puede suceder. "Aún queda un año, y al plan aún le queda mucha vida política".

También se muestra renuente a abordar las hostilidades que han jalonado el proceso interno de sustitución de Arzalluz, en el que ha tenido gran protagonismo. Sostiene Urkullu que las causas de la crisis "no han tenido razón política ni ideológica" y dice que Arzalluz tiene que seguir siendo "un valor de referencia, de consejo" en el partido.