El 'dragón rojo' echa una mano
Las ventas latinoamericanas a China suben un 72% y se convierten en motor de la región
Mercosur avanza hacia un tratado comercial con la Unión Europea y discute con Estados Unidos por la empantanada negociación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), pero es China el país con el que más progresan los intercambios. Y los negocios para alimentar con materias primas el crecimiento del gigante asiático también benefician al resto de Latinoamérica.
Así, la región latinomaericana aumentó el año pasado sus exportaciones a China hasta los 10.870 millones de dólares, el 72,1%, frente al incremento del 8,7% de sus ventas externas totales, según un nuevo informe elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Brasil es el principal exportador latinoamericano a China, con unas ventas por valor de 4.533 millones de dólares en 2003
Una probable subida de los tipos de interés oficiales en Estados Unidos está traduciéndose en una reducción de las cotizaciones de las materias primas agrícolas e industriales y los analistas temen un recalentamiento de la economía china. Sin embargo, Enrique Mantilla, presidente de la Cámara de Exportadores de Argentina, el país latinoamericano que más creció en ventas a China durante 2003, confía en que los precios "no sean extraordinarios, pero sí buenos" y que la demanda de aquel país tampoco se derrumbe.
Poca reciprocidad
Los productos textiles y electrónicos chinos se han hecho habituales en las tiendas latinoamericanas a lo largo de los años noventa, pero existía poca reciprocidad en el intercambio. Con el ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001 se simplificaron las condiciones de acceso a ese mercado de 1.200 millones de habitantes. Además, el gigante asiático ha seguido creciendo y ha comenzado a demandar más materias primas para sus industrias procesadoras. China consume el 20% de las exportaciones mundiales de soja, el 15% de las de hierro, el 12% de las de cobre y el 10% de las de pulpa de madera. También es compradora de cereales, oleaginosas, aceites, azúcar, carne vacuna, minerales de aluminio, gas natural líquido y otros recursos energéticos.
Misión comercial
Brasil es el principal exportador latinoamericano a China, con ventas por 4.533 millones de dólares en 2003, un 79,9% superiores a las de 2002. Le envía no sólo materias primas como soja, hierro, celulosa o carne avícola sino también manufacturas como coches pequeños y aviones de vuelos domésticos. China se ha convertido en el segundo destino de las exportaciones brasileñas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, partirá esta semana en una misión comercial a China. Lo acompañarán varios ministros y hasta 400 empresarios. Ambos países han tejido buenas relaciones en el Grupo de los 20 (G-20), que ataca el proteccionismo agrícola del mundo desarrollado en la ronda de Doha de la OMC. Para no ser menos, el presidente argentino, Néstor Kirchner, viajará al gigante asiático el 28 de junio próximo y pretende llevarse al viaje hasta un centenar de hombres de negocios.
China importó el año pasado de Argentina artículos por valor de 2.659 millones de dólares (143,4% más que en 2002), de Chile por valor de 1.941 millones (58,5%), de Perú por 675 millones (13,1%) y de México por 509 millones (11,7%). El 85% de los envíos desde Argentina consiste en soja y sus derivados, como las harinas y los aceites. También le ha comprado pieles, lanas y hasta componentes de automoción. En Chile se ha surtido de cobre y pulpa de madera. En Perú, de hierro.
México, en cambio, observa a China como a un creciente competidor de sus maquilas (ensambladoras) en el mercado estadounidense. Ambos países cuentan con fábricas intensivas en mano de obra, pero el coste laboral por unidad de producción de México resulta 7,8 veces mayor al de China.
La Cepal advierte de que los efectos negativos asociados a una mayor rivalidad con China en Estados Unidos, la Unión Europea y los propios mercados latinoamericanos pueden superar los beneficios de la exportación hacia el gigante asiático. México, América Central y el Caribe han sido las principales víctimas de los textiles, las confecciones, el calzado, los juguetes, los electrodomésticos y las herramientas provenientes del dragón cada vez menos rojo.
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