La absolución de 12 'mossos' de Roses preocupa a Amnistía y SOS Racismo

La sentencia de la Audiencia de Girona que absuelve a 12 mossos de la comisaría de Roses del delito de torturas y lesiones a un detenido marroquí ha causado una gran preocupación en las ONG que velan por los derechos de los inmigrantes. Amnistía Internacional (AI) y SOS Racismo creen que la sentencia, en la que se da por probado el delito, pero no se condena a los supuestos responsables, resulta frustrante y un triste ejemplo de la impunidad de las agresiones de fuerzas policiales a inmigrantes.

Esteban Beltrán, director de la sección española de AI, mantiene que la sentencia de la Audiencia de Girona refleja la "dificultad de hacer justicia" en este tipo de casos. Beltrán califica de sorprendente y sintomático que la sentencia ponga un gran énfasis en desacreditar a la víctima llegando a afirmar que su credibilidad es casi "nula", al tiempo que elude cualquier referencia a la credibilidad o a la falta de colaboración de los mossos implicados.

"Todos declararon que no sabían nada, que no habían visto nada. Teniendo en cuenta que en la misma sentencia se afirma que existió tortura leve por parte de un nutrido grupo de policías, me parece preocupante que no aparezca ni el más mínimo reproche hacia la actitud de los policías", lamenta Beltrán. En cambio, en la sentencia sí se reprocha la "presión psicológica" de la brigada de asuntos internos de la policía que investigó el suceso.

El director de Amnistía Internacional, entidad que incluyó la agresión a Driss Zraidi en uno de sus informes, lamenta también que la justicia no parezca preocupada por un detenido que sufrió lesiones que tardaron 50 días en curar y no le ofrezca, de momento, ni la más mínima indemnización.

''Típico patrón''

SOS Racismo, sin entrar a analizar en detalle la sentencia, coincide en señalar que el caso de Roses corresponde al "típico patrón" de agresiones policiales a inmigrantes. "Resulta muy difícil probar los hechos porque siempre se denuncia al agredido por resistencia a la autoridad, los agentes aseguran que han usado la fuerza mínima necesaria para reducirlo, nunca hay testigos y en la mayoría de los casos todo acaba en absolución", asegura Carlota Bassols.

La portavoz de SOS Racismo se refiere también al gran corporativismo policial que corre un velo de impunidad respecto a cualquier agresión en el interior de las sedes de la policía. "Puedes creer que un caso como este suceda dos o tres veces, pero cuando te llegan 30 casos iguales resulta evidente que no es verosímil", advierte. SOS Racismo ha constatado también que cuando este tipo de casos llegan a juicio los fiscales tienden a proteger a la policía. "Tanto la policía como los tribunales tienen que empezar a asumir que este tipo da casos suceden", zanja la portavoz de SOS Racismo.

A pesar de que el caso de Roses afecta a la policía autonómica catalana, Bassols admite que los Mossos d'Esquadra se toman más en serio las denuncias de agresión de sus agentes que otros cuerpos de seguridad y, a diferencia del Cuerpo Nacional de Policía, "como mínimo, responden". La sentencia de la Audiencia de Girona ha sido equiparada por AI con la que absolvió a los policías acusados de la violación de una súbdita brasileña en una comisaría de Bilbao en 1995. El juez reconoció que el delito se había cometido, pero no hubo condena.