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La Jaume I reabrirá el edificio de la Llotja del Cànem en Castellón

La Llotja del Cànem se abrirá de nuevo a la ciudad con la ejecución del proyecto que ha resultado ganador del concurso, convocado por la Universidad Jaume I de Castellón, para la rehabilitación del emblemático edificio. La planta baja del inmueble, ubicado en el centro del casco urbano, se presentará como un espacio diáfano que permanecerá abierto, bajo los soportales, cuando el horario y la climatología lo permitan. Cuando no sea así, unos cristales cubrirán la entrada a un puesto de información que será la "cara" de la Jaume I en el centro de la capital de La Plana.

Ésta era una de las premisas en la intención de la Universidad de rehabilitar el edificio de su propiedad, con una antigüedad de cerca de 400 años. Se trata de garantizar su conservación "para uso y disfrute" de los ciudadanos pero también convertirlo en punto de identificación de la universidad castellonense. El proyecto presentado bajo el lema Bambú, realizado por los arquitectos Miguel del Rey, Antonio Gallud e Ignacio Fuster, ha sido el elegido por el jurado. Dos salas de exposiciones, un espacio multifuncional, aulas de posgrado y un espacio institucional serán distribuidos en el interior, mientras que en el exterior se procederá a la restauración de las primitivas "alegorías de las estaciones" de Joaquín Oliet y al repintado de Vicent Castells. Todo será posible si la Jaume I logra el presupuesto de ejecución del proyecto, que asciende a menos de 2,5 millones de euros, de los que ahora carece y que la administración autonómica, de momento, no aporta."Si nos tenemos que poner a pedir en una esquina, nos pondremos". De esta forma tan gráfica el rector de la Universidad Jaume I de Castellón, Francisco Toledo, quiso ayer mostrar las dificultades por las que atraviesa el centro castellonense ante la ausencia del plan de financiación que debería haber aprobado la Generalitat Valenciana. "No podemos supeditar todos los proyectos a la paralización del sistema de financiación", sostuvo Toledo en la presentación del proyecto para la rehabilitación de la Llotja del Cànem de la capital de La Plana, una de las tres grandes obras que la Jaume I tiene pendientes de realizar.

La universidad castellonense prevé recurrir al patrocinio o al endeudamiento, en el caso de que el Consell no se hiciera cargo de la financiación de las obras aunque, según el rector, la Generalitat ha demostrado que "en otros casos no tienen tantas restricciones y, seguramente, no son cosas tan importantes para el futuro como lo son las universidades". La Jaume I ya se ha mostrado, en otras ocasiones, "ingeniosa" para el logro de financiación, como ocurrió en el caso de la construcción del ágora que se pagó a través de una sociedad creada por la propia universidad y que saldará sus deudas con el alquiler de los locales que se ubicaron en el espacio.

"El plan de financiación se presenta muy oscuro", señaló Francisco Toledo, quien anunció que esta misma semana los rectores de las universidades públicas valencianas tienen previsto presentar al consejero de Educación, Esteban González Pons, una alternativa a la propuesta que presentó la consejería y en el que se marcan las principales líneas del futuro modelo de financiación. Las universidades han encargado a sus equipos económicos la elaboración de esta propuesta conjunta sobre el marco general de financiación para el trienio 2004-2006.

Discrepancias con el modelo

El rector de la Jaume I reiteró ayer sus discrepancias con este modelo que marca unas medidas estándar y en el que no se diferencia a las universidades que todavía están en pleno proceso de construcción, como la castellonense o la Miguel Hernández, y las que ya tienen sus campus consolidados. Incluso en el caso de la Universidad de Valencia, existe una discriminación positiva con una prima para conservación de patrimonio. "Queremos que, al igual que ha ocurrido con otras universidades, se nos dé una ayuda específica", señaló Toledo. "De otra manera, sería una injusticia", añadió.

El rector de la Universidad Jaume I considera que el plan presentado por Educación "no gusta a casi ninguna universidad" al tratarse de un "modelo homogéneo" que no se acopla a las características específicas de cada uno de los centros.

El arquitecto Miguel del Rey y el rector de la Jaume I, Francisco Toledo, ante una imagen del proyecto.
El arquitecto Miguel del Rey y el rector de la Jaume I, Francisco Toledo, ante una imagen del proyecto.ÁNGEL SÁNCHEZ

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