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Suiza entrará en la zona Schengen pese a mantener el secreto bancario

Carlos Yárnoz

Suiza redujo ayer su condición de islote en el centro de la Unión Europea gracias a nueve acuerdos concluidos entre ambas partes. La principal consecuencia consiste en que Suiza se incorporará al espacio Schengen a finales de 2006 o comienzos de 2007, con la consiguiente eliminación de controles fronterizos. Suiza, sin embargo, no levantará su secreto bancario, en contra de las pretensiones de la Unión durante las negociaciones que se han prolongado durante varios años. Cinco países, España entre ellos, han expresado sus reservas al respecto.

El presidente de la Confederación Helvética, Joseph Deiss, afirmó ayer en Bruselas que esos acuerdos demuestran que su país no quiere estar "al margen de la construcción europea", mientras el presidente de la Comisión, Romano Prodi, declaró que Suiza ha optado "por integrarse aún más en las actividades de la Unión". Pese a todo, los acuerdos no han satisfecho, ni de lejos, las aspiraciones de la Unión, sobre todo en materia fiscal.

El más importante de los pactos alcanzados, concluido la pasada semana, se refiere a la fiscalidad sobre el ahorro. El objetivo de la UE era que Suiza aceptara un sistema de intercambio de información sobre los ahorradores europeos que tienen dinero en cuentas suizas, con el fin de poner freno a los enormes fraudes fiscales que se producen por esa vía. Luxemburgo, Austria y Bélgica, que hoy tampoco intercambian datos fiscales con el resto de la Unión, advirtieron de que sólo aceptarían hacerlo si se lograba un acuerdo al respecto con Suiza. Lo mismo señalaron Andorra, Liechtenstein, Mónaco o San Marino.

Retenciones fiscales

Durante las largas negociaciones, la UE amenazó con sanciones y con no permitir el ingreso de Suiza al espacio Schengen. Todo fue inútil. Suiza se negó en redondo a perder el secreto bancario. El único avance ha consistido en que Suiza aplicará retenciones en origen sobre los intereses de los ahorradores para remitirlos al fisco del país del que procedan: un 15% hasta 2006, un 20% hasta 2011 y un 35% a partir de ese año. Pero no facilitará la identidad de los ahorradores.

Ambas partes también han concluido un acuerdo sobre la lucha contra el fraude (en el IVA, contrabando o blanqueo), pero sólo afecta a la fiscalidad indirecta, no a la directa, porque la evasión fiscal no es delito en Suiza. Una cláusula en los acuerdos precisa que un posible pacto en toda la UE para perseguir el fraude en fiscalidad directa no será de obligado cumplimiento en Suiza. Deiss pidió ayer en Bruselas comprensión ante la legislación helvética y aseguró que su país no quiere ser "un obstáculo" al deseo europeo de armonizar las reglas fiscales. España, Holanda, Suecia, Italia y Francia recordaron la semana pasada en una declaración conjunta que el objetivo europeo sobre legislación fiscal es el intercambio de información.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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