El pago de la deuda a Andalucía y el 'agujero' de RTVE acercarán el déficit al 1% este año
El Gobierno de Chaves recibirá unos 2.500 millones pendientes del periodo 1997-2001
Las cuentas del Estado comenzarán este año a recoger las herencias de ejercicios anteriores. El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, anunció ayer que el ejercicio 2004 se cerrará con un déficit de la Administración central (sin contar Seguridad Social, comunidades y ayuntamientos) cercano al 1% del producto interior bruto (PIB), unos 7.800 millones de euros, frente al 0,4% previsto por el anterior Gobierno. El motivo es que Hacienda va a asumir este año el pago de alrededor de 2.500 millones de euros pendientes a Andalucía y más de 600 millones de déficit de Radiotelevisión Española.
El nuevo equipo de Hacienda ha comenzado ya los primeros retoques a las cuentas del Estado para 2004, que heredaron del Gobierno del Partido Popular. El ministerio ha decidido asumir este año varios asuntos pendientes, lo que pone fin, por el momento, al alabado déficit cero. El Estado cerrará con un desequilibrio cercano al 1% del PIB, según reconoció ayer Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
En 2003, el Presupuesto arrojó un superávit histórico del 0,3%, pero este dato, al contrario del que presentó ayer el responsable de Hacienda, incluye las cuentas de la Seguridad Social. Sin ellas, el déficit del Estado habría sido del 0,4%.
Dos partidas explican esa desviación de medio punto respecto a la previsión inicial. La más importante es la deuda que el Estado mantiene con Andalucía como compensación del anterior sistema de financiación autonómica (1997-2001), que atribuyó a esta comunidad menos población de la real.
Crédito extraordinario
Los Presupuestos contemplarán este año un pago en el entorno de 2.500 millones de euros (Fernández Ordóñez hizo una estimación durante la conferencia de prensa de 2.330 millones, aunque más tarde precisó que la cifra ronda esos 2.500 millones), lo que supondrá entre tres y cuatro décimas de desviación. Sus declaraciones iniciales provocaron revuelo en Andalucía, cuyo Gobierno había sentado como base para negociar la cantidad de 2.500 millones. El pago se hará mediante un crédito extraordinario que el Ejecutivo aprobará con autorización del Parlamento.
La otra desviación del déficit (más de 600 millones de euros) proviene de Radiotelevisión Española (RTVE). El Gobierno anterior elaboró las cuentas de 2004 sin incluir esta cantidad; pero a final de año, Bruselas obligó al Ejecutivo a reflejar en los Presupuestos tanto el déficit como la deuda del Ente Público. Ya se hizo a última hora en las cuentas de 2003 y lo mismo habrá que hacer este año.
Fernández Ordóñez quiso estrenarse ante los medios de comunicación desterrando el mito del déficit cero. "En estos años se ha creado una confusión. Ningún ejercicio se ha cerrado con superávit", aseguró, para explicar que sólo la Seguridad Social arroja excedente, por lo que considera engañoso sumar este dato al de las administraciones centrales. Al renunciar a hacerlo, el déficit se aproximará al 1%.
El secretario de Estado aclaró que el pago a Andalucía no supone un déficit preocupante, puesto que sólo se computa un año: "Es un problema de reconocer algo que no se ha reconocido anteriormente". Además de estos dos pagos, aún podría haber otros que Hacienda tuviera que asumir este mismo año y que añadiesen más déficit.
Fernández Ordóñez confirmó que sólo el Ministerio de Fomento ha abierto una auditoría sobre la gestión del anterior Gobierno. En el resto de departamentos, los cambios consistirán en una "transparencia absoluta de todas las cuentas públicas", sin poner en cuestión las cifras anteriores.
Respecto a la ejecución presupuestaria en los cuatro primeros meses del año, el Estado arrojó un superávit de 10.175 millones de euros, equivalente al 1,29% del PIB. Ese excedente es un 8,1% inferior al del mismo periodo de 2003. Hacienda explica la reducción por una caída de los ingresos por IRPF, consecuencia de que en enero y febrero de 2003 aún no tuvo efecto la última rebaja fiscal del PP, que sí se reflejó en los dos primeros meses de 2004.
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