Condenado a 147 años un sicario por tres crímenes en Torrevieja
La Audiencia de Alicante ha condenado a 147 años de prisión a un sicario panameño que mató en Torrevieja (La Vega Baja) a un narcotraficante, el 13 de mayo de 2003, y participó directamente en el asesinato de otras dos personas, por encargo de un narco que actualmente se encuentra en paradero desconocido. Además, el fallo le obliga a abonar una indemnización de 180.000 euros, según consta en la sentencia hecha pública ayer.
La sala condena a Uriel Edgardo Vado Ruiz por tres delitos de asesinato, cuatro delitos de intento de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas. La sentencia también castiga a David Rebollo Gómez (a cinco años de cárcel), Víctor Paredes Albadalejo (a tres años y seis meses) y a Javier Martínez Perez (a un año), quienes pese a conocer la comisión de los crímenes, no alertaron a las fuerzas de seguridad.
Los hechos enjuiciados se remontan a mayo de 2000 en Torrevieja (La Vega Baja). Un narcotraficante, huido en la actualidad de la justicia, buscó al sicario panameño Uriel Edgardo Vado Ruiz para que acabase con la vida de Ernesto José Peces, otro narcotraficante que le adeudaba dinero por asuntos de drogas. El cerebro del plan criminal informó a David Rebollo, Víctor Paredes y Javier Martínez de su propósito y, para ello, adquirió de forma ilícita armas. Tras vigilar durante varios días las costumbres de su víctima, el narco y su sicario cogieron las armas, se introdujeron en su domicilio y esperaron escondidos tras unos matorrales. En la casa del fallecido se personó de manera imprevista más gente, durante la madrugada. No obstante, el jefe señaló al sicario Uriel Edgardo que se encargara de la muerte de Ernesto José Peces mientras "él mataría a todos los demás". Ambos se camuflaron con pasamontañas y ejecutaron el plan.
Varios disparos
Uriel, siguiendo el acuerdo con su jefe, hizo varios disparos que causaron la muerte a Ernesto José Peces, el 13 de mayo de 2000. Su jefe se dirigió al resto de los asistentes e inflingió varios tiros. Algunas balas impactaron contra el cuerpo de José María Castro Ruiz, que cayó al suelo abatido.
El 19 de mayo de ese mismo año, el narcotraficante efectuó otra operación de venta de estupefacientes que no fue abonada por su receptor, David López. Tras insistir sin éxito en que saldara la deuda, el individuo contrató de nuevo a Uriel Edgardo para que interviniera en la venganza mortal. De nuevo David Rebollo y Víctor Paredes fueron informados del macabro plan.
La sala considera probado que el 23 de mayo de 2000, el individuo no enjuiciado, acompañado del sicario Uriel, disparó a David López por la espalda y le causó la muerte. Ambos enterraron a la víctima en el paraje de La Pineda, en Guardamar del Segura. Días después, el narco pretendió acabar a tiros con la vida de Uriel. Éste se salvó y fue detenido. Su jefe y agresor logró huir.
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