Claves para un debate
La financiación, los conciertos, el refuerzo de la ESO, la prevención en primaria y el acceso a la Universidad centrarán las discusiones
El Gobierno ha anunciado que, tras aprobar a finales de este mes la paralización de la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), iniciará un debate en profundidad con las organizaciones educativas y con las comunidades autónomas que culminará en un proyecto de ley orgánica que presentará el próximo mes de noviembre en el Congreso de los Diputados.
Las posturas y las posibles diferencias y conflictos que pueden surgir en el seno de ese debate están claras desde hace tiempo. Todas las organizaciones expusieron sus posiciones sobre los temas principales que afectan a la educación española a raíz del desarrollo y la puesta en marcha de la LOCE en la pasada legislatura. El Gobierno socialista se propone derogarla. Éstos son los temas principales:
Los profesores de ESO demandan que, en cualquier caso, se les dé alguna solución
- Educar de 0 a 3 años. La LOCE le dio un carácter asistencial en lugar de educativo a la primera parte de la educación infantil, la dirigida a los niños de 0 a 3 años. Uno de los motivos que llevó a esto es las dificultades que tienen diversas comunidades para dar una oferta educativa por tener vinculada la atención de estos niños a las consejerías de Asuntos Sociales. El punto central del debate está en cómo lograr compaginar las dos cuestiones clave: ayudar a las familias en la atención a los niños pequeños mientras los padres trabajan y garantizar a la vez que estos centros no sean aparcaniños sino que se ocupen de ofrecer a los pequeños "ocio educativo", es decir, actividades que desarrollen sus habilidades. La LOCE relajó los requisitos mínimos que se exigían antes a estos centros sobre aspectos como la formación que se solicita al personal que se ocupa de los niños y a los centros.
- Gratuidad de 3 a 6 años. La financiación será el aspecto sobre el que girará la polémica sobre este tema. La LOCE estableció la gratuidad generalizada de la educación infantil de 3 a 6 años y el Gobierno socialista ha decidido salvar esta medida. Argumenta que es un aspecto en el que toda la sociedad está de acuerdo. Lo cierto es que las organizaciones educativas de todos los signos lo están, aunque advierten de la falta de presupuesto para ponerla en marcha. La LOCE obligó a dar un puesto escolar gratis a todos los niños de estas edades pero no los financió. El Gobierno actual, al no eliminar esta medida, se ve obligado a pagarla. El ministerio ha ha dicho ya que lo hará. La cuestión es cómo. Sindicatos y asociaciones de padres laicas quieren que se creen más plazas públicas. Patronales de la educación concertada y asociaciones de padres religiosos quieren que se aumenten los conciertos de los centros privados. Dado que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha prometido el impulso de la educación pública, el Ministerio de Educación tendrá que ver ahora cómo consigue el consenso teniendo contenta a la concertada, pero sin desmoralizar más de lo que está a la pública por la falta de medios que lleva años padeciendo. Aunque parece difícil que un Gobierno socialista decida destinar una partida a los conciertos cuando no lo hizo el del PP con la LOCE.
- Primaria. La primaria se ocupa de los niños de los 6 a los 12 años y es la etapa en la que empiezan a aprender las primeras habilidades que luego tendrán que desarrollar en las décadas posteriores, como la lectura o el cálculo. La clave de esta etapa es la prevención. Muchos estudios internacionales demuestran que los problemas que se detectan en los alumnos en la educación secundaria se fraguaron en la primaria y, por tanto, evitarlos requiere una intervención previa, no sólo a partir de la ESO. Las soluciones a debatir pasan por el apoyo a los colegios para reforzar especialmente la enseñanza de la lectura y las matemáticas; la enseñanza de técnicas de estudio en todos los centros, y el refuerzo de los orientadores (ahora hay generalmente uno para varios centros de cada zona) que se ocupan de detectar los problemas de forma temprana.
- Revisión de la ESO. En sus cuatro años (se estudia de los 14 a los 16 años) es donde acaban patinando la mayoría de los alumnos con problemas educativos. Influyen en ello el aumento de la dificultad de los contenidos en esta etapa unido a la entrada en la difícil edad de la adolescencia. La LOCE pretendió abordar estos problemas optando por separar a estos chicos en itinerarios. En realidad, unos estaban previstos para los chicos que fueran peor y otros para los que fueran mejor. A esto le añadieron el aumento de las repeticiones de curso permitidas. Los defensores de la equidad (las organizaciones de izquierdas, básicamente) se opusieron radicalmente a ambas medidas. Pero los profesores de la ESO demandan que, en cualquier caso, se dé alguna solución.
Una queja bastante generalizada a añadir a la discusión es el excesivo número de materias por curso que hay en ESO y bachillerato (pueden llegar a nueve). Muchas organizaciones no ven razonable que desde diferentes gremios sociales se sigan pidiendo materias específicas para enseñar cuestiones en las que se puede aleccionar a los niños fuera del horario lectivo.
Una alternativa a los itinerarios que estará presente en el debate son los desdobles de asignaturas básicas. Es decir, distribuir en dos aulas cada clase para materias como Lengua, Matemáticas e Inglés. Esta opción -que permite una atención más individualizada y que los alumnos no se sientan entre los peores o mejores porque en unos desdobles estarían en el grupo más avanzado y en otros en el menos adelantado- requiere sobre todo mucha más financiación y profesorado. En el País Vasco ya se ha probado esto con éxito.
Otro antiguo tema, recuperado por la LOCE, es el de los exámenes de fin de curso. Muchos expertos resaltan que un alumno que va mal durante el año difícilmente puede aprender en dos meses de verano lo que no se ha estudiado antes, y además él solo. La discusión se centraría en si hace falta un examen final en junio (hay evaluación continua) y en si sería conveniente una prueba en septiembre para los alumnos a los que no les haya quedado pendientes más que una o dos materias.
- Alternativas a la religión. Es un tema casi zanjado, a no ser que la Iglesia presione. No es una prioridad para los centros concertados religiosos, ya que casi todos sus alumnos estudian Religión Católica. A la mayoría de los representantes de los centros públicos les parece bien que se quede como está (como ha dicho el Gobierno), es decir, que las alternativas sean variadas. Aunque algunos preferirían que en esa hora los alumnos que no estudien religión no tengan que hacer otra cosa por obligación, es decir, que se marchen a casa. Debido a los Acuerdos con la Santa Sede no es probable que se saque la religión del horario escolar como piden las organizaciones de padres laicas.
- Acceso a la Universidad. Básicamente, hay tres opciones. La primera es una reválida para obtener el título de bachillerato más pruebas por centros superiores para distribuir a los alumnos (la de la LOCE, descartada por el Gobierno y a la que se oponen más de la mitad de los colectivos). La segunda se trata de una selectividad actualizada (con participación mayoritaria de la Universidad y algo de la secundaria) tras obtener el título de bachillerato, que reparta a los chicos en la Universidad y no sea necesario hacerla para cursar la FP superior. Es la opción preferida de las universidades. La tercera es una prueba de madurez (con participación mayoritaria de los centros de secundaria, es decir, al revés que la selectividad)
después de recibir el título de bachillerato y que valga para distribuir a los estudiantes en la Universidad. Habría que ajustarla mucho para que la aceptaran las universidades.
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