Japón y Corea del Norte buscan nuevas vías de entendimiento
El escándalo por el impago al sistema de pensiones alcanza al primer ministro japonés
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, se entrevistará el próximo sábado 22 en Pyongyang con el líder norcoreano, Kim Jong Il, para intentar lograr la reunificación familiar de los japoneses liberados en 2002 tras haber estado varias décadas secuestrados por Pyongyang, que los usó para entrenar espías, según informó el principal portavoz gubernamental nipón, Hiroyuki Hosoda.
[El anuncio del viaje se realiza en pleno escándalo por el impago al sistema nacional de pensiones y después de que el Gobierno informase de que, entre abril de 1980 y marzo de 1986, Koizumi dejó de pagar sus contribuciones a las pensiones. Yasuo Fukuda, mano derecha del jefe del Ejecutivo y ministro Portavoz dimitió la semana pasada tras reconocer sus propios impagos, informa Efe.]
Es muy probable, según el portavoz, que, como resultado de esa cumbre, en la que se pretende "recuperar una relación basada en la confianza mutua", el primer ministro japonés pueda llevar con él en su vuelo de regreso a Tokio a los familiares de los cinco antiguos secuestrados. Otro objetivo del viaje es intentar avanzar en la crisis de Corea del Norte con la comunidad internacional debido a su programa de armas nucleares, donde no se vislumbra un compromiso.
La visita de un día de Koizumi coincidirá con las conversaciones de trabajo entre EE UU, Corea del Norte, Corea del Sur, Japón, Rusia y el país anfitrión, China, en las que se intenta poner fin a esa crisis. En octubre de 2002, EE UU reveló que Corea del Norte disponía de un programa para enriquecer uranio, lo que violaba el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).
El Gobierno japonés propuso el viaje de Koizumi en las conversaciones de dos días en Pekín entre representantes nipones y norcoreanos la pasada semana, pero lo condicionó a que el primer ministro nipón pudiese llevarse con él de vuelta a Tokio a los familiares.
Si Koizumi logra avanzar en este asunto tan sensible para la opinión pública japonesa, allanaría el camino para el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Tokio y Pyongyang, estancadas desde octubre de 2002, y para una eventual concesión de ayuda humanitaria y económica, algo que necesita la frágil situación económica de Corea del Norte. Asimismo, un éxito reforzaría el apoyo popular del Partido Liberal Democrático de Koizumi en las elecciones al Senado japonés el próximo julio.
En la primera cumbre, Kim Jong Il reconoció que sus agentes habían secuestrado y llevado a Corea del Norte a 13 japoneses a finales de los años setenta y hasta principios de los ochenta.
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