La presidencia irlandesa propone aplazar el nuevo reparto de poder en la UE hasta 2014

La presidencia actual de la UE, Irlanda, ha introducido entre los 25 países del club el debate sobre la posibilidad de que el nuevo reparto de poder previsto en el proyecto de Constitución europea no entre en vigor hasta 2014, cinco años más tarde de lo fijado en ese texto. Si la fórmula fuera aceptada por todos los Gobiernos, España sería uno de los países más beneficiados porque hasta ese año seguiría en vigor el polémico Tratado de Niza, que otorga a cada uno de esos dos países 27 votos en el Consejo de la Unión, sólo dos menos que Alemania o Francia.

Los ministros de Exteriores de la Unión abordarán la cuestión el lunes y martes en Bruselas. Ante esa reunión de los titulares de Exteriores, la presidencia europea ha enviado un documento las capitales en el que dice textualmente: "La presidencia cree que sería apropiado mantener un comisario por país durante dos mandatos a partir de ahora, es decir, hasta 2014". El nuevo reparto de poder en la UE afecta a sus tres instituciones (Comisión, Consejo y Parlamento) y, como han sostenido los políticos y expertos que han participado en la elaboración de la Constitución, los 25 deben encontrar una solución equilibrada y directamente relacionada entre las tres. Es decir, las fórmulas que se pacten para cada una de ellas deben entrar en vigor al mismo tiempo.

Así la asumió ayer también un portavoz de la Comisión. De hecho, el documento de Irlanda señala al respecto: "La futura composición de la Comisión puede resolverse finalmente como parte del resultado equilibrado en los temas institucionales más importantes". Y añade varias páginas después: "Para muchas delegaciones, este asunto sólo puede ser resuelto en el contexto de un acuerdo general sobre temas institucionales". Por tanto, resulta prácticamente imposible que puedan entrar en vigor por separado.

En caso de que la propuesta fuera finalmente aprobada por los líderes en la cumbre del 17 y del 18 de junio en Bruselas, España tendría muchas más opciones en el Consejo de la UE a la hora de formar alianzas, en comparación con el sistema de doble mayoría previsto en el proyecto constitucional. Con el Tratado de Niza, España tiene 27 votos sobre un total de 345 (en una UE de 27 países que habrá en 2007) y la minoría de bloqueo se forma con 91 votos. Con el proyecto constitucional, la minoría de bloqueo la pueden formar países que sumen al menos el 40% de la población, y España sólo representa el 8,5%. Por tanto, cuanto más tiempo se mantenga en vigor el Tratado de Niza, más tiempo podrá beneficiarse España en el Consejo de un peso superior al que le otorga su población.

La propuesta irlandesa sobre la Comisión responde al hecho de que el proyecto constitucional "no representa una base de consenso" en ese terreno. Hoy, cada país tiene su comisario en el Ejecutivo comunitario (los cinco grandes, dos, pero perderán uno al inicio de la próxima legislatura, en noviembre), pero el proyecto constitucional prevé que, a partir de 2009, haya sólo 15, incluido el presidente. Pero los países pequeños, Irlanda entre ellos, pero sobre todo los que acaban de incorporarse a la Unión, presionan para seguir teniendo su comisario en Bruselas, temerosos de que un sistema rotatorio en una Comisión reducida les acabe perjudicando. Por eso, Irlanda propone un periodo de transición más prolongado y, a la vez, recuerda que hay otras opciones sobre la mesa: 18 comisarios, un número equivalente a dos tercios de los países...

Doble mayoría

Los porcentajes de la doble mayoría también están en discusión, aunque los jefes de Estado y de Gobierno han decidido pactarlos ellos mismos en la cumbre prevista para el mes que viene. No obstante, hace semanas que ha trascendido que la combinación 55%-65% (una decisión en el Consejo sería válida si la apoya un 55% de países que represente al menos al 65% de la población) es la que cuenta en la actualidad con más apoyos, aunque España prefiere subir el segundo porcentaje hasta el 66,66%, es decir, dos tercios de la población.

Será precisamente la opción de mantener más tiempo en vigor el Tratado de Niza uno de los elementos que se tendrán en cuenta en la negociación con España, una hipótesis que ya se manejó el pasado invierno antes de la fracasada cumbre europea de diciembre.

España también quiere recuperar en estas negociaciones algunos de los 14 escaños del Parlamento Europeo que perdió en Niza. En la legislatura del Parlamento Europeo que acaba de cerrarse tenía un total de 64 escaños. En las elecciones europeas del 13 de junio elegirá 54, pero oficialmente le corresponden sólo 50. Los otros cuatro provienen del reparto equitativo de los escaños correspondientes a Bulgaria y Rumania. Ese regalo de cuatro escaños los mantendrá España en toda la legislatura próxima.

Por otra parte, la Unión ha alcanzado un consenso para introducir en la primera parte de su Constitución el objetivo de la estabilidad de precios como meta fundamental a mantener entre todos los Estados miembros del club.