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Un experto propone tres alternativas de menor impacto al nuevo canal del Puerto de Valencia

El director del Laboratorio de Puertos de la Politécnica presenta alegaciones al proyecto

Sara Velert

El impacto del nuevo canal de acceso a la dársena interior del puerto de Valencia sobre la playa de la Malva-rosa preocupa a expertos, vecinos y a la oposición municipal al PP, que preparan alegaciones al proyecto. El director del Laboratorio de Puertos y Costas de la Universidad Politécnica de Valencia, Josep Ramon Medina, ha presentado un documento con 21 objeciones a las obras que culminarán el canal de la Copa del América. Medina aporta tres alternativas que, a su juicio, reducirían considerablemente un impacto sobre las playas que agravaría la ampliación norte del puerto.

El nuevo canal forma parte de los compromisos adquiridos con los organizadores de la Copa del América de 2007. El canal ya ha sido licitado, antes de aprobarse la declaración de impacto ambiental sobre las estructuras que culminarán la obra, un contradique de 812 metros de largo y un dique de abrigo dividido en dos tramos de 795 y 426 metros que protege la salida al mar abierto. Los diques, con la bocana hacia el norte, han suscitado la crítica de varios expertos por la repercusión sobre la playa de la Malva-rosa; el proyecto admite que el impacto será "severo" -con un retroceso de 20 metros de la orilla en un extremo y el crecimiento de entre 80 y 140 metros a lo largo del nuevo dique-, pero añade que las medidas correctoras lo harán aceptable. Medina, catedrático de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes, no comparte esa conclusión y desgrana en 21 puntos sus objeciones al proyecto, al que aporta tres alternativas que refleja de forma esquemática y considera reducirían los impactos.

La alternativa elegida por el proyecto para la bocana al norte apenas se diferencia de las otras dos estudiadas, critica Medina. El catedrático también señala que se analiza "sólo muy ligeramente" la petición de la Dirección General de Costas de situar la bocana hacia el sur, lo que provocaría un menor basculamiento sobre la playa, ya que se rechaza la idea por razones "de seguridad y accesibilidad marítima" que, sin embargo, "se podrían resolver con un simple cambio de operatividad y régimen de explotación de la nueva bocana". Medina constata, además, que el estudio de impacto menciona la "compatibilidad" de las alternativas con la ampliación norte del puerto. La traza norte de esa ampliación, según se diseñó en el Plan Estratégico de 2002 para ganar tres millones de metros cuadrados, "coincide aproximadamente" con los diques y provocaría "un basculamiento masivo" de la playa, lo que "hace ambientalmente inviable la propuesta". Para Medina, la ampliación no debe condicionar la nueva bocana, y si bien la actual propuesta del puerto reduce la superficie anunciada en 2002, a falta de más estudios, es previsible que el basculamiento de la playa se agrave aunque no sea masivamente.

La propuesta de los diques y la bocana del estudio de impacto (en el gráfico en negro) causa, según Medina, un "considerable basculamiento" de la playa y un "fuerte impacto visual" desde la Malva-rosa. Frente a ello su primera alternativa reduciría el dique de abrigo (el superior) y lo desplazaría unos 600 metros hacia el sur respecto de la playa, mientras que aumentaría en un 50% el contradique (el inferior). De este modo "el impacto sobre la playa es menor", el coste baja "y se podrían aumentar los espacios lúdico-turísticos" junto al contradique, afirma. En la segunda alternativa, "el morro del dique de abrigo es desplazado unos 1.000 metros hacia el sur" y se "acorta mucho", y el contradique "se inclina más en dirección sureste sin cortar el espacio visual desde la playa", y con una accesibilidad marina "similar" al proyecto. En estas opciones, Medina elimina la antedársena del proyecto (zona previa a la salida al mar) para posibles amarres de cruceros, un objetivo que considera no debe primar sobre soluciones de menor impacto, y la extensión de muelles comerciales.

La tercera opción tendría "grandes ventajas ambientales" porque se construye el canal "excavando en las explanadas comerciales" cerca de la terminal polivalente (paralela al contradique), lo que apenas modifica "el contorno portuario (no afecta a la playa)", aunque esta solución implicaría perder el uso comercial de 20 hectáreas y modificar el túnel del acceso norte que discurre bajo el canal, reconoce Medina.

En sus alegaciones destaca que la "medida compensatoria" para la playa "está indeterminada" y advierte de que "la alimentación artificial es muy difícil de aplicar en las costas valencianas".

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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