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Reportaje:

Cómo vivir en Segunda con pagas de Primera

El Alavés pasó de ingresar 7,8 millones por televisión a sólo 1,08 tras bajar en 2003

"Pase lo que pase, ascendamos o no, las pérdidas al final de curso serán cuantiosas. Si además no conseguimos volver a Primera, la crisis se agrandará". Francisco Liberal, vicepresidente del Alavés, no oculta que el descenso a Segunda, la pasada temporada, ha desvalijado una casa con las cuentas habitualmente saneadas. Después de tocar el cielo en la histórica final de la Copa de la UEFA, en Dortmund, ante el Liverpool, en 2001, el Alavés se vio en la cuneta dos campañas después, justamente el año que volvió a disputar la segunda competición europea: lo eliminó en la segunda ronda el Besiktas, turco.

"El problema que se plantea es que, como tienes que atender dos competiciones exigentes, diseñas una plantilla al efecto y luego te la encuentras en Segunda con sueldos de Primera", afirma Liberal; "el desajuste es total y tienes que intentar combinar el nuevo presupuesto, drásticamente menor, con la ambición deportiva de regresar a Primera".

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El primer navajazo económico proviene de los ingresos televisivos. "Nosotros pasamos de disponer de unos 7,8 millones de euros por este concepto, en Primera, a recibir 1,08, en Segunda. El cambio es brutal porque tienes que reducir el presupuesto, pero mantener los salarios, desorbitados en relación a los ingresos", sigue Liberal. Previendo esa situación, el Alavés se desembarazó de cuanto pudo entre sus jugadores mejor pagados -Dutruel, Abelardo, Jordi Cruyff- y lo intentó sin éxito con otros -Rubén Navarro, Iván Alonso, De Lucas, Astudillo-. En plena caída del mercado, no era fácil colocarlos obteniendo ganancias y reduciendo los gastos de personal. El Alavés, acostumbrado a hacer prevalecer su saneamiento económico frente a los intereses deportivos, se encontró en la tesitura contraria.

Ante la imposibilidad de frenar la caída de los ingresos televisivos, el Alavés se empeñó en defender su número de abonados. "De los 14.300 que teníamos en Primera hemos pasado a unos 12.000 en Segunda", apunta Liberal, "gracias a una campaña agresiva que obligó, no obstante, a reducir un 35% la cuota y a respetar ese precio el año que viene aunque se ascienda. No creo que haya muchos clubes en Segunda con tantos abonados". Pero lo cierto es que se trata de un capítulo menor en las circunstancias actuales, aunque al menos el Alavés ha conseguido parar el golpe en esa faceta: mantener los abonados aunque ingrese menos. La asistencia al estadio también se ha resentido. La menor entidad de los rivales y el hecho de que el conjunto sea uno de los más televisados ha despoblado un poco Mendizorroza.

El Alavés, acostumbrado a vivir durante años en las categorías bajas, no quiere asomarse al abismo. En previsión, ha ofrecido al Ayuntamiento de Vitoria la venta de sus instalaciones en Ibaia para utilizarlas en usufructo y la corporación ha mostrado buena disposición. La operación podría sacarle del inevitable ahogo económico para intentar después en Primera -está en puestos de ascenso- resarcirse del desastre.

"Con todo, lo peor es el declive subsidiario para la ciudad: hostelería, imagen...", concluye Liberal. Una ciudad que fue tomada como modelo deportivo y que ahora siente el vértigo de viejos fracasos futbolísticos.

Desio, del Alavés, desolado tras el descenso.
Desio, del Alavés, desolado tras el descenso.EFE

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