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Reportaje:

Aula de plástico, comedor en el sótano

Un colegio de Badalona subsiste entre barracones y obras mientras espera su ubicación definitiva

Mar Padilla

El lunes pasado la consejera de Enseñanza, Marta Cid, explicó que el próximo curso miles de alumnos asistirán a clase en barracones. La cifra es muy alta teniendo en cuenta que el anterior Ejecutivo, de CiU, había prometido que en 2004-2005 desaparecerían los módulos prefabricados. Pero la realidad es tozuda y son 17.000 los alumnos afectados. Esta cifra esconde nombres propios y problemas concretos, como es el caso de la escuela Progrés de Badalona. Este centro público de infantil y primaria, situado en una vieja casa de la avenida de Martí Pujol, tiene barracones ubicados en el patio, con vistas a una zona de obras repleta de cascotes y excavadoras. Mientras esperan el inicio de la construcción del centro en un barrio vecino "para ser, por fin, una escuela estable y definitiva", como explica su directora, Montse Clavero, el colegio funciona cada día marcado por la provisionalidad y la precariedad. Un ejemplo es el comedor, que está en el sótano de la casa, sin ninguna ventana a la vista. Los niños se turnan para comer y, como no hay cocina, suministra los menús una empresa de catering. Además el centro carece de gimnasio y aulas de informática, "pero nos apañamos bien mientras esperamos", señala Clavero, quien bromea afirmando: "Donde hay alumnos, profesores y padres hay un colegio en funcionamiento, aunque sea debajo de un árbol. Pero, claro, las condiciones donde desarrollas la enseñanza cuentan mucho". Para el curso que viene, los docentes tendrán que volver a embalar todo el material y el mobiliario de las aulas situadas en la casa y trasladarlas a nuevos barracones.

Con casi 70 alumnos, este colegio se abrió hace cuatro años por la voluntad y el empecinamiento de las familias del barrio en escolarizar a sus hijos en un centro público. Entonces empezaron las conversaciones entre el Ayuntamiento de Badalona y la Generalitat, que acordaron el centro se construiría en la calle de la Indústria del mismo municipio. Pero al poco el departamento, entonces dirigido por Carme-Laura Gil, decidió frenar todo el proceso porque carecía de presupuesto, según atestigua la coordinadora de la Concejalía de Educación del Ayuntamiento badalonés, Carme Martínez. "Nosotros cumplimos todos los plazos previstos e incluso comunicamos a Enseñanza que el consistorio podía adelantar el dinero para las obras y que ya nos lo devolverían", asegura Martínez. Pero la oferta fue rechazada y ahora los alumnos de la escuela Progrés tendrán que esperar hasta el curso 2006-07 para trasladarse. Y es que se prevé que la construcción del centro empiece el último trimestre de este año. Martínez subraya que la concejalía está en contacto permanente con el equipo de la consejera Marta Cid para agilizar la obra. "Somos conscientes de que las familias viven con cierta angustia esta situación", reconoce Martínez. Joan Guasch, miembro de la asociación de padres del centro, pide celeridad a las administraciones "porque los niños no pueden esperar más en estas condiciones".

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Sobre la firma

Mar Padilla
Periodista. Del barrio montañoso del Guinardó, de Barcelona. Estudios de Historia y Antropología. Muchos años trabajando en Médicos Sin Fronteras. Antes tuvo dos bandas de punk-rock y también fue dj. Autora del libro de no ficción 'Asalto al Banco Central’ (Libros del KO, 2023).

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