_
_
_
_
Reportaje:EXCURSIONES | Arroyo de Celín

Descanso para el caminante

El área recreativa del Arroyo de Celín, en Dalías, es una cómoda opción familiar para las jornadas de domingo

No falla. Allí donde haya un pato, un niño y un trozo de pan, amén del agua, claro está, el éxito de la jornada está asegurado. Éxito para hacer las delicias de los pequeños, que no se aburrirán en horas de echar migas al agua; y éxito para los adultos, que podrán relajarse mientras saborean una tapa o una buena comida casera. En la zona recreativa del Arroyo de Celín, una pedanía del municipio almeriense de Dalías, en pleno corazón de la Sierra de Gádor, se dan estas características: hay arroyo, agua, patos y un bar en el que no faltan las tapas de caracoles, migas y habas con tocino. Aunque los protagonistas de la excursión no tienen hijos, sí gozaron de ver a los pequeños alimentar a los palmípedos. María José Rodríguez, de 32 años, y Julio Lupión, de 33, mantienen en su retina este paisaje porque nacieron allí y lo han contemplado de cerca. Los dos, vecinos de Berja -que dista diez kilómetros del arroyo- han realizado multitud de visitas al paraje. A los dos, junto con un nutrido grupo de amigos "de toda la vida", les gusta realizar alguna excursión semanal hasta un punto desconocido de la provincia. "Como ha hecho tan mal día no hemos tenido más remedio que quedarnos por aquí cerca", explica Julio. Él y sus amigos conocen bien la zona, hasta el punto de haber realizado a pie el recorrido desde Celín, en las cercanías de Cortijo Robles (1.335 metros) hasta el área recreativa de Castala (745), en el municipio de Berja. "Es un palizón pero se hace en una mañana", apunta.

Llegar en coche hasta Celín permite disfrutar de impresionantes vistas que fusionan los reflejos del mar de invernaderos del Poniente almeriense con el mar Mediterráneo. También pueden contemplarse algunos monumentos que son testigo de las civilizaciones pasadas. De la antigua Dalyat de los musulmanes destaca la Torre de Aljízar y la Ermita de los Dolores, que forman un conjunto muy singular; y el pantano de la Reina, una presa de origen árabe. Sin duda, el fuerte contraste topográfico de la zona es lo que más impresiona al visitante: la sensación de ver los valles sobre los que se asientan Dalías y Berja desde elevaciones montañosas ayudan a imaginar el mundo sin asfalto. La inaccesibilidad de ciertos parajes ha hecho que la zona mantenga algunos de los mejores bosques de encinares, pinares y piornales. Entre la rica y variada flora destacan algunos endemismos exclusivos del macizo gadorense como el Coronopus Navasii o el Astragalus Tremolsianus, pequeñas plantas de la sierra. La presencia de más de 130 especies de aves también puede hacer, para los entendidos en ornitofauna, una jornada muy interesante en la que poder distinguir el búho real y chico, la lechuza campestre, el águila real y perdicera, el alcotán, el esmerejón o el cernícalo vulgar. Pero, para los que no quieran despegarse del merendero del arroyo de Celín, el mismo bar cuenta con un par de pajareras que también llaman la atención de los más pequeños. Un par de loros y algún que otro papagayo suman demasiado exotismo y colorido en el corazón de una sierra donde los colores reyes son el verde de las hojas y el gris de la montaña.

Plomo y baños

- Cómo llegar. Desde Almería se puede tomar la autovía del Mediterráneo en dirección Málaga y coger la salida que indica El Ejido, Dalías y Berja. Se pasa una rotonda en la que está el monumento funerario romano Daimún. Entonces se toma la carretera en dirección a Dalías y se continúa el trayecto dejando a la derecha este municipio hasta llegar a la barriada de Celín.

- Qué ver. Los Baños de la Reina, en Celín, se han convertido en un importante edificio para el patrimonio monumental y arqueológico de la provincia a tenor de los escasos restos conservados -Baños de Benejí, en Berja; y Baños de La Alcazaba de Almería- que dan pistas sobre la sociedad hispanomusulmana. Es el único ejemplo de baño del siglo XIII conservado en Almería y en el corazón de la Sierra de Gádor, donde las extracciones de plomo se realizaron desde el siglo III a. C. con los cartagineses, luego, con los romanos y, más tarde, con los árabes hasta llegar a la fiebre del plomo en el XIX.

- Alternativas. Para los que deseen más acción y una buena jornada deportiva, desde el mismo arroyo de Celín se puede realizar el sendero Dalías-Sierra de Gádor (PR-A 113). Es un recorrido circular de 22 kilómetros de longitud que finaliza en la misma área recreativa. Se transita por algunos de los lugares más emblemáticos de la vertiente suroccidental de esta sierra como el Cortijo Clavero, Chiclana, Fuente de la Mosca, Minas del Peñoncillo y Fuente Alta (1.750 metros).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_