De Fisichella al problema de McLaren
Ya sé que parecerá extraño. Pero lo que más me interesó de la carrera que ayer se disputó en Montmeló fueron dos aspectos secundarios: el excelente resultado del piloto italiano Giancarlo Fisichella y su Sauber y la constatación del problema de motor que sigue impidiendo a McLaren Mercedes ocupar el lugar que, por presupuesto, le correspondería. Algo han avanzado porque ayer al menos acabaron la carrera. Y, aunque parezca una tontería -fueron décimo y undécimo- para ellos era un primer paso muy importante.
Lo demás se salió poco del guión. Que ganaría Ferrari era previsible y poco importa si lo hizo marcando una estrategia distinta para Michael Schumacher -tres paradas- y Rubens Barrichello -dos-, que les permitió cuadrar su tercer doblete en cinco carreras. Su superioridad es incuestionable y pueden hacer lo que les dé la gana porque, por ahora, sigue habiendo demasiada distancia entre ellos y los demás. También está claro que la jerarquía, por detrás de los bólidos de Maranello, ha cambiado. Ahora quienes realmente intentan complicar las cosas a Ferrari son los Renault y los BAR Honda, con una esperanzadora recuperación de BMW Williams, que tiene el principal problema en unos pilotos que parecen más pendientes de la próxima temporada que de la actual y están muy poco motivados.
Sin embargo, ayer surgió por detrás la figura de un gran piloto que había pasado inadvertido desde que el año pasado sorprendió a todo el mundo al ganar el Gran Premio de Brasil con Jordan. Aquello ocurrió en abril y ya no volvió a puntuar hasta septiembre, cuando acabó séptimo en Indianápolis. Al final de la temporada dio el salto a Sauber y a mí me extrañó que fuera Felipe Massa -octavo en Sepang- y no él quien lograra el primer punto del año para su nueva escudería. Conocí a Fisichella cuando los dos coincidimos en Benetton a finales del decenio de los 90. Todos sabíamos que era un piloto muy rápido y constante. Y si su carrera no llegó a explotar fue más porque nunca estuvo en el lugar preciso y en el momento adecuado que por falta de calidad. En esta situación llegan el desánimo y la impotencia. Pero ahora se demuestra que, a los 31 años, si se siente bien arropado y cómodo en el equipo, tiene pilotaje para lograr resultados.
El segundo aspecto destacable para mí fue el caso de McLaren. Su problema es de difícil solución porque requiere cambios estructurales en el coche y eso no se resuelve en 15 días. Lo que afrontan es una cuestión del proyecto, puesto que crearon un motor muy ligero que prácticamente formara parte integral del chasis. Los materiales son tan ligeros que tienen cierta flexibilidad en situaciones determinadas y el motor acaba por romperse. La solución inmediata es la que aplicaron ayer: bajar el motor de vueltas y, como consecuencia, perder potencia. El coche es más lento al paso de las curvas, pero al menos termina las carreras. Es un primer paso. El siguiente es rediseñar algunas partes del motor y hacerlas más rígidas. Pero eso no es nada fácil.
Joan Villadelprat fue director de Benetton y Prost y jefe de mecánicos de Ferrari
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