Por un puñado de euros
Desarrollo sostenible, ecología, conservación de la biodiversidad, desarrollo rural,... cuantos conceptos para tratar de definir lo que a lo largo de la historia se ha hecho en el Pirineo: mantener el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Según el anterior consejero de Medio Ambiente, el avance en la concienciación medioambiental fue tal que, si a partir de la Conferencia de Río, el lema era "el que contamina paga", en este siglo XXI el lema iba a ser "el que conserva cobra". Sin embargo, la política ejecutada durante su mandato y la que continúan en la actualidad los técnicos competentes contradicen sus palabras.
Nosotros, con nuestras ovejas pastando por los montes y pastos, contribuimos al desarrollo sostenible entendido como el equilibrio entre progreso económico, bienestar y medio ambiente, pero por poco tiempo.
Los especuladores de tierras agrarias, haciendo una utilización perversa de unas ayudas públicas europeas, con el beneplácito y visto bueno de quien se siente preocupado de presentar buenos resultados de conservación de la biodiversidad en Navarra ("la gráfica va para arriba"), van a contribuir a echar del pueblo a dos de las veintiocho familias que viven en Navascués.
Un puñado de euros para los propietarios de tierras que foresten (el 99% está en ello) y una gráfica ascendente que avala la buena gestión de conservación de la biodiversidad lograrán reducir en un 10% la población residente en la localidad. Se acabará con una cultura milenaria, pero más relevante es que se acabará con la posibilidad de que un día alguien pueda hacer de la ganadería extensiva su profesión, porque ya no existirán pastizales. Y todo ello con la autorización de la Administración. ¿Es esto desarrollo sostenible?
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