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PANTALLA INTERNACIONAL

El convulso amor entre Ariadna Gil y Eduard Fernández

Los dos actores ruedan en Cuba junto a Jorge Perugorría 'Hormigas en la boca'

El rodaje de Hormigas en la boca, quinto largometraje de Mariano Barroso, ha llegado a su ecuador en La Habana bajo el azote de unos calores de espanto. En cierto modo, la ciudad y ese ambiente de bochorno que caracteriza a los cambios de régimen son protagonistas también del filme, cuya acción transcurre en 1958, en vísperas del fin de la dictadura de Batista. La película cuenta la historia de Martín (Eduard Fernández), un español con un pasado de lucha antifranquista que, tras robar un banco y pasar ocho años en la cárcel, viaja a la isla en busca de Julia (Ariadna Gil), su ex compañera ideológica y sentimental, que consiguió huir con el botín.

Hormigas en la boca es una coproducción entre el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica y las españolas Cartel y Messidor Films, y tiene un reparto de lujo: Eduard Fernández, Ariadna Gil y José Luis Gómez, por España; y lo mejorcito de Cuba: Jorge Perugorría, Samuel Claxton e Isabel Santos, entre otros. El equipo técnico es mixto: Javier Aguirresarobe como director de fotografía; Sonia Grande, responsable de vestuario, y Eva Baliño, como jefe de sonido, por el lado español; y la dirección artística es del cubano Onelio Larralde González.

"Hormigas en la boca es una historia de amor en un trasfondo de convulsión política. Es la historia de alguien que trata de diferenciar el bien del mal, y a través de esa búsqueda encontrar su propia identidad", afirma Barroso en un alto del rodaje, cerca del legendario bar restaurante Floridita. Hoy se filma una escena difícil, la llegada de Martín a La Habana, y el set es una locura: 500 extras, 60 automóviles americanos de los años cincuenta, jeeps militares con figurantes disfrazados de soldados del Ejército de Batista.

"La fascinación que siente Martín al llegar a La Habana es increíble. Acaba de salir de la cárcel, viene de la España gris y ratonera de Franco, y se encuentra una ciudad esplendorosa, aunque llena de políticos corruptos y mafiosos", afirma Eduard Fernández. Los escenarios escogidos por Barroso para el rodaje son increíbles: el Capitolio, el antiguo Palacio Presidencial -"hemos rodado en la oficina que ocupaba el propio Batista"-, el malecón, el Centro Asturiano y el Gallego, y el majestuoso barrio de Cubanacán.El que, sin duda, está sufriendo más estos días es Javier Aguirresarobe, a quien se ve empapado de sudor con una cámara de 50 kilogramos al hombro y luchando contra la luz del mediodía. Ariadna Gil está fabulosa, muy en su papel de mujer fatal y traidora. "La película está llena de héroes con muchos dobleces y sueños... Julia no escapa a eso. Viéndola superficialmente, ella juega el papel de mujer fatal, su novio acabó en la cárcel y nunca supo más de ella; pero luego no es tan así, ella tenía sus razones", asegura.

Ariadna Gil, José Luis Gómez y Eduard Fernández, en un momento del rodaje de<i> Hormigas en la boca. </i>
Ariadna Gil, José Luis Gómez y Eduard Fernández, en un momento del rodaje de Hormigas en la boca. M. V.
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