Un libro relata el empleo de prisioneros republicanos en trabajos penosos
Crítica presenta 'El Canal de los Presos (1940-1962)' en el Alcázar
Tras la Guerra Civil decenas de miles de combatientes republicanos fueron conducidos a campos de concentración. Miles de estas personas fueron obligadas a trabajar en obras públicas y privadas. La construcción del Canal de Riego del Bajo Guadalquivir entre 1940 y 1962 se cobró en Sevilla los esfuerzos de muchos vencidos. Un libro, que relata este episodio histórico, fue presentado ayer en el Alcázar.
El Canal de los Presos (1940-1962) ha sido publicado por la Editorial Crítica. Los autores de la obra son los geógrafos Gonzalo Acosta Bono y Leandro del Moral; los antropólogos Ángel del Río y José María Vacuende; el historiador José Luis Gutiérrez Molina; la jurista Lola Martínez; y la hija de ex preso Marivilla Cuadrado. También han colaborado en la redacción del libro los historiadores Antonio Miguel Bernal y Nicolás Sánchez Albornoz y el filósofo Reyes Mate.
El volumen recoge, a lo largo de medio millar de páginas, toda la argumentación ideológica y jurídica del régimen franquista que servía de base a su política de utilización de mano de obra entre los presos, así como una relación de cerca de 3.000 nombres de prisioneros (el 35% aproximadamente de los que trabajaron en esta obra) con sus lugares de origen y profesión.
El libro señala asimismo las obras e intervenciones llevadas a cabo por presos en Andalucía y el resto de España. Hay también una descripción de las condiciones de vida de estas personas y sus familias y de la creación de importantes núcleos urbanos en torno al canal. El libro recuerda una de las fugas más célebres, la producida en el campo de concentración de la Corchuela, en la localidad sevillana de Dos Hermanas, que provocó el fusilamiento público de dos de los fugados.
El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, reivindicó ayer la necesidad de mantener viva "la memoria histórica" en la presentación del libro. El consejero delegado de la Editorial Crítica, Gonzalo Pontón, afirmó que "una cosa es renunciar a la venganza y otra, promover el olvido".
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