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Sevilla se compromete con Maragall a cubrir parte del déficit presupuestario de Cataluña

El ministro pide al presidente catalán que precise "cuanto antes" el alcance de las reformas

El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, se comprometió ayer con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, a contribuir a cubrir el déficit presupuestario de la sanidad y la educación en Cataluña por la vía de urgencia. La negociación de Administraciones Públicas y la Generalitat sobre la contribución de cada parte correrá paralela al debate sobre la reforma del modelo de financiación y del Estatuto de Sau. Sevilla pidió a Maragall que "acotara cuanto antes" el alcance de ambas reformas para superar la fase de incertidumbre.

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La primera reunión oficial entre el presidente de la Generalitat y el ministro de Administraciones Públicas se alargó hasta hora y media y se desarrolló en un clima de camaradería, según resaltaron ambas partes. Igual que en el encuentro entre Sevilla y el lehendakari Ibarretxe, hubo una primera parte de gestos que se concretó en el compromiso por ambas partes de retirar recursos mutuos ante los tribunales. Cataluña, junto con Andalucía, son las comunidades que arrastran más contenciosos de la etapa del PP.

El encuentro sirvió también para disipar los malentendidos existentes entre ambas Administraciones a raíz de las declaraciones de Sevilla en las que dio a entender que el nuevo modelo de financiación no entraría en vigor hasta la próxima legislatura. Sevilla aclaró, al finalizar la reunión, que ambos debates, el de la reforma del modelo de financiación y del Estatuto, se abrirán tras la aprobación de los Presupuestos, en otoño, y de modo paralelo.

Asimismo, el ministro tranquilizó a Maragall al comprometerse a negociar en breve plazo las "urgencias financieras" de la Generalitat en materia educativa y sanitaria, que compartirán ambas Administraciones, con independencia del modelo de financiación que se apruebe en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. En una entrevista en la Cadena SER, Maragall calificó ayer de "drama" la deuda de la sanidad en Cataluña, calculada en 3.000 millones de euros.

Sevilla no quiso comprometer ningún plazo para la aprobación del modelo de financiación. Se limitó a aclarar que ambas reformas -la del Estatuto de Sau y la del modelo de financiación autonómica- están interrelacionadas y que si las negociaciones avanzan satisfactoriamente, como pretenden Sevilla y Maragall, se cerrarán en esta legislatura.

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El ministro de Administraciones Públicas trasladó al presidente de la Generalitat que más importante que la fijación de un plazo rápido para la aprobación del nuevo modelo de financiación es que éste sea estable e incluso aventuró el horizonte de 20 años el plazo de duración. También precisó que, aunque el modelo de financiación se apruebe definitivamente en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, tendrá componentes de negociación bilateral en el proceso, tal y como pretende la Generalitat.

Despejar incertidumbres

El ministro también planteó al presidente de la Generalitat la conveniencia de acotar "cuanto antes" el alcance de la reforma del Estatuto y del modelo de financiación para superar situaciones de incertidumbre que "no son positivas para avanzar en el terreno político ni en el económico". El Gobierno de la Generalitat trabaja con la hipótesis de que en otoño tendrá una propuesta concreta de reforma del Estatuto, que incluirá los criterios generales para el modelo de financiación al que aspira.

Maragall, a su vez, mostró su disposición a avanzar estos criterios cuanto antes. Pero también adelantó al ministro de Administraciones Públicas que la Generalitat pretende que tanto la reforma del Estatuto como la de la Constitución recoja los hechos diferenciales. En 1998, en el debate en la ponencia de reforma constitucional del Senado, la representación catalana de CiU pretendió que se recogieran los hechos diferenciales en la Cámara alta, como el derecho de veto sobre las leyes que afectaran a la comunidad catalana.

El ministro Jordi Sevilla y el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en Barcelona.
El ministro Jordi Sevilla y el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en Barcelona.MARCEL.LÍ SÁENZ

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