Un escritor en estado puro
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La edición de las Cartas de Baudelaire, traducidas y compiladas por Mario Campaña, permite asomarse a un escritor en estado puro y un conocimiento directo de las preocupaciones de uno de los escritores fundamentales del siglo XIX francés.
Bien es verdad que la figura que aquí aparece no representa a un autor exquisito, sino a una persona que mendiga ayuda económica constantemente y cuya preocupación básica es subsistir: la mirada a esa interioridad que en Baudelaire significa un retrato de la vida más común.
Pero el autor de Las flores del mal dejó unos mensajes que han servido a los historiadores de la literatura para crear una de las figuras de la identidad más completas. Baudelaire no sólo retrata su miseria; se da a conocer en sus ambiciones y deseos. Su relación con la literatura queda ampliada en estos mensajes, enviados a su madre, a la que pide que lea con cuidado sus cartas y no se escandalice con su obra; a su editor, a quien pedirá ayuda; a Balzac, para quien además de admiración, mostrará comprensión,...
Algunas de las ideas sobre él mismo están en estas cartas, en las que Baudelaire relatará su proyecto de molestar al burgués, creará las condiciones para determinar un estado social en el que no se encuentra a gusto por falta de fuerza espiritual, escribirá poesía, y se exhibirá en una confesión de suicidio, no llevada a cabo. Son las confesiones de una escritura directa que dejan ver la profundidad del genio sin intermediarios.
Charles Baudelaire: Cartas. Bassarai, Vitoria, 2004, 270 páginas, 16 euros.
