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El ex jefe de los paramilitares de Colombia, en paradero desconocido

Incierta, como la marcha del proceso de paz de los paramilitares con el Gobierno de Colombia, es la suerte de su ex jefe Carlos Castaño. Desde el pasado día 16 de abril, en el que se cometió un atentado en su contra, se han tejido mil y una versiones sobre el paradero de este hombre de 42 años, que durante una década estuvo a la cabeza de un tenebroso Ejército de la ultraderecha colombiana.

La agencia Reuters le dio por muerto el viernes pasado citando fuentes cercanas a Castaño. Otros medios aseguran, sin embargo, que escapó con vida de la emboscada y que se halla bajo la protección de otro jefe paramilitar en una zona de la costa colombiana del Pacífico. Pero hay también quien afirma que todo es un montaje y que el líder paramilitar está en EE UU dispuesto a someterse a la justicia de ese país, que lo reclama por sus vínculos con el narcotráfico.

La confusa situación complica aún más el proceso de paz que promueve el Gobierno del presidente Álvaro Uribe con estos grupos antiguerrilla, ligados desde su nacimiento al narcotráfico. El proceso se inició con el anuncio de un cese al fuego en diciembre de 2001. Pero la tregua no se ha cumplido y la política de asesinatos selectivos de los paramilitares continúa.

Además, las crisis internas cada día más acentuadas han agudizado las guerras entre distintos frentes paramilitares en varias regiones del país. La extradición de varios de sus jefes, solicitada por EE UU, mantiene frenada la posibilidad de concentración de tropas para que una misión de la Organización de Estados Americanos verifique el cese de hostilidades.

"Cortina de humo"

Salvatore Mancuso, ganadero de origen italiano y nuevo jefe de la milicia paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia, no dudó en afirmar que el supuesto atentado contra su antiguo jefe fue sólo una estrategia para justificar su marcha a EE UU, o una "cortina de humo para salir del escenario público por un tiempo".

Mancuso cambió su versión sobre el supuesto atentado hace dos días en una entrevista por televisión: "Fue una situación confusa. Esperamos que el comandante Castaño aparezca y aclare cuál es la situación". Mancuso también insistió en que quiere continuar con el proceso de paz, pero recalcó que no acepta cárcel ni en Colombia ni en EE UU.

Pero la orden de eliminar a Castaño también pudo venir de su hermano José Vicente Castaño, Salvatore Mancuso y Adolfo Paz: los tres miembros de la nueva cúpula de la organización de la cual salió recientemente Castaño por su posición crítica frente al narcotráfico y su deseo de entregarse a la justicia norteamericana. En la nueva dirección paramilitar figuran estos tres comandantes como los líderes más involucrados en el negocio de la droga. Lo único cierto es que la joven esposa de Castaño y su pequeña hija siguen aún ocultas bajo protección estatal.

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