Las dos realidades
¿Es posible conjugar, en un mismo libro, una poesía transparente, directa, con elementos de irracionalidad? ¿Y en un mismo poema? A esas dos preguntas responde afirmativamente el último libro de Eduardo García (São Paulo, 1965). Horizonte o frontera es, por ello, la expresión de un sutil cambio en la obra de su autor, caracterizada hasta ahora por una lectura entre intimista y existencial de la poesía más realista de los años ochenta y noventa. Conecta, así, con la evolución de otros poetas coetáneos, quienes sin renunciar a la transparencia, han iniciado la búsqueda de una poesía que indague en la trastienda de la realidad (la presencia de García en La lógica de Orfeo, la última antología de Villena, responde a esa deriva). Sobre esas bases, Horizonte o frontera se nos muestra como un libro homogéneo y estructurado, como algo más que una simple agregación de poemas. Sus cinco apartados pueden ser asumidos como estaciones de un itinerario que va de lo capilar y visible a lo profundo y misterioso. El primero, que da título al conjunto, da noticia del horizonte donde aguarda lo desconocido, también de la frontera que separa lo consciente de lo no consciente, la luz de la oscuridad. El túnel, la segunda parte, es un acercamiento a las amenazas (la muerte, la enfermedad) que se ciernen sobre la existencia humana. La tercera y cuarta parte (Al fondo del poema y Pasaje al otro lado) discurren por dos caminos: el que nos conduce a zonas desconocidas de nuestro ánimo, sólo revelables mediante el lenguaje poético, y el que lleva al poema como espacio de conocimiento: "Ansioso por saber afilo mi lenguaje: / huecos, ventanas, túneles, tejidos". Esas percepciones encuentran en la memoria de la infancia y en la celebración amorosa ("Tomo por horizonte tus pupilas") ventanas o puertas a una realidad deseable, sólo concebible como respuesta a las limitaciones de lo cotidiano, tal y como cabe deducir del contenido de los dos últimos apartados del libro: Reflejos en el agua y Las puertas. En el fondo, Eduardo García hace de Horizonte o frontera un homenaje a las capacidades del lenguaje poético para situar al propio poeta frente a una existencia precaria. En muchos casos, el poema parte de una experiencia constatable, de un espacio real: una habitación, una estación de tren, un camino. Después, evoluciona hacia la indagación en lo no visible. Como si lo tangible fuera el núcleo de la existencia y, a la vez, una realidad incompleta: "La mano de carne y la mano de sombra / tan sólo / confluyen / en aguas de la muerte". Un libro medido en el que innovación no es sinónimo de espontaneidad o descuido. Más bien todo lo contrario.
HORIZONTE O FRONTERA
Eduardo García
Hiperión. Madrid, 2003
90 páginas. 7 euros
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