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Rifirrafe en el Ayuntamiento barcelonés

La Feria de Abril marcó ayer el pleno del Ayuntamiento de Barcelona. Todos los grupos municipales de la capital catalana, sin excepción, se enzarzaron en un cruce de acusaciones de "demagogia" e "irresponsabilidad" por las críticas de Jordi Portabella (ERC) a la fiesta y por una iniciativa del grupo municipal del Partido Popular. La singularidad del enfrentamiento residió en que Portabella fue reprendido abiertamente por sus compañeros de gobierno (PSOE e ICV). El líder de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod-Rovira se sumó a la polémica al negar que la Feria sea "cultura catalana".

El secretario de ERC afirmó que la Feria es "cultura andaluza en Cataluña" y no cultura catalana. Para acabar de dejarlo claro, añadió: "Si esta feria se hiciera en Toulouse, nadie diría que es cultura francesa". Las declaraciones realizadas ayer por Carod a TV3 contrastan abiertamente con afirmaciones del líder de Esquerra Republicana en los últimos días de la pasada campaña electoral en las que abogó por un nuevo catalanismo que asumiera todas las culturas.

Carod defendió la actitud beligerante de Portabella que hace unos días criticó la Feria de Abril, sobre todo a su organización y al presidente de la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Catalunya (FECAC), Francisco García Prieto, por falta de transparencia.

En la discusión del plenario municipal, Portabella recibió todo un rapapolvo. El socialista Ferran Mascarell tildó de "debate artificioso" e Imma Mayol (ICV) cargó sin contemplaciones contra una polémica "nefasta y grave" como si la Feria de Abril estuviera amenazada. Mayol añadió: "Es una muestra más de la Cataluña mestiza que somos". En la refriega tampoco el PP salió ileso por presentar una moción en defensa de la Feria de Abril poniendo especial énfasis en el bilingüísmo de la sociedad catalana.

Desde las filas de CiU, el edil Joan Puigdollers, apuntó que "no vale hacer ruido mediático sobre un tema muy serio". Pero tampoco gustó nada a los convergentes la alusión del bilingüismo de los populares ya que la interpretaron como "un ataque ideológico de fondo". Las alusiones de estos días de Portabella sobre la falta de control de las subvenciones públicas de la Feria de Abril fue contestada por Mascarell y Mayol. Los dos le aconsejaron que si piensa que hay irregularidades las denuncie donde corresponda. Portabella se defendió alegando que si la Feria de Abril fuera una muestra de tolerancia,respeto y libertad nadie hablaría de ella. "El problema", dijo, "surge cuando salen otras cosas" refiriéndose a las subvenciones recibidas y a unas cuentas que nadie tiene claras "ni durante ni después de la Feria de Abril".

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