_
_
_
_
Crítica:ESTRENO | 'Zamán, el hombre de los juncos'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La vida detrás de los escombros

Esta pequeña aventura cinematográfica iraquí es más que una rareza, más que un brote de brisa en el desierto. Zamán, el hombre de los juncos tiene entidad propia, es cine vivo. En la trágica encerrona de Irak no puede haber un sistema de producción cinematográfica propio. Pero hay cine. Y está aquí.

Respira El hombre de los juncos un poderoso aliento documental, tiene ambición de trazar y decir cosas que se mueven escondidas detrás de la imagen de aplastamiento que hoy identifica su tierra. Y nos hace entrar en el territorio humano que hay dentro de la devastación que degrada allí la imagen de la vida. Es un filme noble y equilibrado, en el que lo que se encuentra está a la altura de lo que se busca. Y tiene algo de película inacabada, y no porque ofrezca imprecisiones o flecos, sino porque es un relato abierto a esquinas no dobladas del escenario por donde discurre ese mínimo relato.

ZAMÁN, EL HOMBRE DE LOS JUNCOS

Dirección y guión: Amer Alwan. Fotografía: Thomas Chichawa. Intérpretes: Sami Katan, Shadha Salim, Hussein Imad, Fátimah Salah, Saadiya al Zaydy. Irak, 2003. Género: drama. Duración: 77 minutos.

Más información
El iraquí Amer Alwan honra a su país en 'Zamán, el hombre de los juncos'

Lo que el director de Zamán, el hombre de los juncos, Amer Alwan, nos pone con transparencia, eficacia y buen oficio ante los ojos es una delicada aventura individual construida de manera que poco a poco adquiera lógica de documento lírico, de poema verista: el estudio interior de un alma o, si se quiere, la indagación de un estado de espíritu. En esa tierra, hoy identificable como borde del infierno de este mundo, siguen siendo visibles los signos primordiales del orgullo humano y de su alegría de vivir.

Y los rostros de sus gentes, el dibujo de sus comportamientos, el drama de su supervivencia, se hacen cuestiones arrancadas de una cultura frondosa, rica y compleja, sobre la que peregrina el personaje Zamán -y con él nosotros- por itinerarios de la verdadera vida iraquí, que no es la que hoy recogen los noticiarios de los días de la bestia; no es la crónica de la devastación y la muerte, sino otra, ésta.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_