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LA EUROPA DE LOS 25

Ana ha vivido en siete países sin moverse

Guillermo Altares

Sin moverse de Eslovenia, Ana Ponikvar, una traductora jubilada viuda de 86 años, ha vivido en siete países diferentes. En su cálido piso del centro de Liubliana, que comparte con su nieto que ahora está estudiando en Granada, mira con optimismo y lucidez el próximo cambio que está a punto de experimentar su país: la entrada en la UE el 1 de mayo. Ponikvar reconoce que su vida parece sacada de una novela; pero sus recuerdos no son muy diferentes de los de otros eslovenos de la misma edad: una sucesión de cambios de países y de fronteras, un baile nacional que se prolongó hasta el final del siglo XX. Nació en 1918, en un Imperio Austrohúngaro que estaba a punto de desaparecer, en el sur de lo que es ahora Eslovenia. Luego, sobre las cenizas de aquel imperio y en las ruinas de una Europa arrasada por la I Guerra Mundial, nacieron numerosos países, entre ellos el Reino de Eslovenos, Serbios y Croatas, que se transformó en 1929 en el Reino de Yugoslavia.

En 1941, la república yugoslava de Eslovenia fue invadida por Italia y Alemania. Cuando Roma se retiró, Berlín invadió todo el Estado. Ponikvar vivió en las dos zonas. Bajo el liderazgo de Josip Broz, Tito, se creó la Yugoslavia comunista, que se desintegró en 1991. Ponikvar vio cómo su país, la gran Yugoslavia, se convertía en un pequeño Estado de dos millones de habitantes. "De nuevo se van a abrir los horizontes eslovenos con la entrada en la UE", señala sobre su próximo cambio nacional: la ciudadanía europea.

"La vida en el socialismo era dura, pero el capitalismo también lo es", afirma esta abuela de mirada pausada. "Quizás bajo el comunismo la vida era muy complicada para los intelectuales y los disidentes, pero a la mayoría de la población no le faltaba de nada", agrega. La yugonostalgia, la añoranza de Yugoslavia, no es muy común en Eslovenia, que siempre fue la más desarrollada de las antiguas repúblicas yugoslavas. En el referéndum de independencia, celebrado en diciembre de 1990, el apoyo a la separación de Yugoslavia fue masivo. De hecho, es la única de las seis ex repúblicas que va a ingresar en la UE en la ampliación de mayo y, por ahora, sólo Croacia comenzará a negociar en breve su posible entrada. "La independencia de Eslovenia fue un choque, porque antes toda Yugoslavia era nuestro país y, además, pertenezco a la generación que construyó ese país y que vio como desaparecía. Ahora, con la entrada en la UE, vamos a tener más fuerza".

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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