Reparar tres túneles del AVE que aún no funcionan costará 70 millones

Tres de los siete túneles construidos entre L'Albi y Montblanc para la línea del AVE presentan ya graves desperfectos y necesitan obras de reforma. Se trata del túnel de Lilla, que exigirá una inversión de 47,81 millones de euros, y los de Camp Magré y Puig Cabrer, cuyas obras se han adjudicado en 22,86 millones. El plazo de ejecución se calcula en un año, que se suma al resto de los retrasos de la línea.

Cuando empezaron las obras los ayuntamientos advirtieron de que la tierra en aquella zona se mueve. El Ministerio de Fomento respondió que sus técnicos estaban al corriente. Pues no: terminadas las obras, las arcillas expansivas que forman parte del terreno hicieron lo que han hecho casi siempre: moverse en función de la humedad. El resultado ha sido espectacular: el suelo se eleva en unas zonas y se deprime en otras, la anchura del túnel no es siempre la misma y en alguna zona hay incluso grietas.

El GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias), encargado de las obras, designó una comisión para estudiar la situación y las posibles soluciones sin descartar, según reconoció un portavoz, la posibilidad de abordar un trazado diferente. La comisión está formada por técnicos que ya habían trabajado en la zona para empresas cuyas construcciones no han sufrido lo más mínimo, pese a estar asentadas en terrenos de las mismas características que los que rodean los túneles.

Suma de retrasos

"Las arcillas expansivas se han movido mucho más de lo esperado", explicó un portavoz del GIF. Los movimientos han tenido tal repercusión que se llegó a temer por la propia estructura de los túneles. Finalmente se ha diseñado una intervención que desvía las tensiones que ahora se concentraban en la bóveda y el suelo hacia otras partes del túnel.

Esto supondrá un retraso de un año más en la llegada del AVE a Barcelona. No obstante, el GIF trabajará en el resto de la línea (hacia Lleida, por una parte, y hacia Barcelona, por la otra), procederá a electrificarla e instalar la señalización, e incluso se realizarán las pruebas correspondientes, aunque no se podrá hacer nada de esto (ni siquiera colocar las vías) en el interior de los tres túneles afectados.

Las obras del túnel de Lilla tendrán un coste de 47,81 millones de euros y han sido adjudicas a Ferrovial. Las de los túneles de Camp Magré y Puig Cabrer, casi colindantes del primero citado, ascienden a 22,86 millones de euros y han sido adjudicadas conjuntamente al grupo Corsán-Coviam. La adjudicación fue decidida por el Gobierno de José María Aznar, cuyo ministro de Fomento era Francisco Álvarez-Cascos, y fue publicada por el Boletín Oficial del Estado el pasado 23 de abril.

El tramo que va desde L'Albi hasta Milà tiene una longitud ligeramente inferior a 40 kilómetros y en él se han construido siete túneles (cuya longitud total suma 7.395 metros) y 10 viaductos (2.812 metros).