Dispuestos a negociar
El octavo congreso del sindicato CC OO, el primero de España en afiliación y delegados, clausurado el sábado, despeja algunas cuestiones importantes para el futuro del mercado laboral. La reelección de José María Fidalgo como secretario general garantiza una continuidad que, en las circunstancias políticas actuales, parece más oportuna que un giro brusco o un endurecimiento de las posiciones sindicales. Los puntos de vista expuestos por el secretario general reelegido, dispuesto a negociar sin limitaciones con el Gobierno la reforma que necesita -y con cierta urgencia- el mercado laboral, a renovar el Pacto de Toledo y a debatir si se tercia un nuevo cálculo para las pensiones, auguran que el nuevo ministro de Trabajo, Jesús Caldera, contará con un interlocutor atento y poco dispuesto a mantener posiciones inflexibles. No deja de resultar sarcástico que, cuando la dirección de un sindicato exhibe la disposición negociadora que le reclama la sociedad, sea acusado de pactista por una parte de sus propios compañeros.
La urgencia en reformar el mercado de trabajo no es una apelación retórica. España padece una tasa de temporalidad muy elevada, casi el triple de la europea. Ello es el resultado de un modelo de crecimiento cuyas debilidades trata ahora de corregir la nueva Administración socialista. La precariedad laboral tiene efectos sobre el consumo y la siniestralidad laboral. Además, la incorporación a la UE de 10 países del este de Europa y del área mediterránea contribuirá inevitablemente a cambiar el mercado de trabajo europeo. De ahí que las negociaciones del Gobierno y los sindicatos para reformar el mercado español, a las que probablemente dará la señal de inicio Zapatero con la convocatoria a las organizaciones sindicales después del 1 de mayo, provoquen tanta expectación.
El congreso de CC OO ha avalado (con un respaldo del 78%) la línea de independencia respecto a los partidos políticos (que le ha permitido alcanzar acuerdos sustanciales con un Gobierno de derechas) y un programa continuista que se resume en el lema empleo estable y con derechos, coherente con el programa de crecimiento sostenido basado en la productividad del equipo económico del PSOE. El aumento de la afiliación es también un aval para Fidalgo, pese a que las divisiones internas no sólo no remiten, sino que parecen enquistadas. La candidatura ganadora (con el 59% de los votos) ha perdido más de 12 puntos, y aunque también ha retrocedido, y en similar proporción, su principal opositor, Agustín Moreno (23%), ha aparecido un tercer foco disidente encabezado por Rodolfo Benito (18%).
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