Las mujeres acaparan casi la mitad de los nuevos afiliados a los sindicatos en los últimos tres años
La diversidad de sexo todavía escasea al frente de sectores y territorios de las centrales
Nunca como ahora había habido en los sindicatos tantas mujeres, que superan a los hombres en temporalidad (25%), que les duplican en paro (12%) y que a menudo cobran hasta el 30% menos que ellos. La incorporación de la mujer al mercado de trabajo ha ido acompañada en Cataluña de una presencia creciente en los sindicatos, hasta el punto de que representan entre un tercio y la mitad de los nuevos afiliados que las centrales mayoritarias, CC OO y UGT, han reclutado en los tres últimos años. Y no sólo están en la base, también hay rostros femeninos en los puestos de responsabilidad.
Aunque la mayor precariedad suele desincentivar la afiliación, los datos apuntan lo contrario: el 49,8% de los cerca de 25.000 trabajadores que se han afiliado a Comisiones desde 2000 son mujeres; en la UGT, suponen el 35,7% de las casi 39.000 nuevas incorporaciones. En ambos sindicatos las mujeres ya representan un tercio de su afiliación. Lo mismo sucede en la CGT, mientras que en USOC el porcentaje asciende al 40%.
Los sindicatos toman conciencia de esta nueva realidad. CC OO ha aprobado en su último congreso el cambio de sus estatutos para hacer constar que es un sindicato "de hombres y mujeres", "de trabajadores y trabajadoras". Palabras aparte, todas las centrales se esfuerzan por trasladar esta presencia femenina a los escalafones más altos de la organización, aunque ninguna plantea la paridad que ha aplicado el Gobierno de Zapatero.
Mujeres en la cúpula
UGT ha optado por un sistema "suficientemente flexible y con garantías" para respetar la diversidad de sexo, explica el secretario de organización de este sindicato, Frederic Monell. Sus estatutos establecen que la presencia de mujeres (y también de hombres) no puede ser inferior al 20% del total de miembros de los organismos ejecutivos. En realidad, esta cuota se supera en el secretariado del sindicato, donde las mujeres ocupan el 40% de los puestos.
El reglamento de Comisiones Obreras va más allá y obliga a aplicar el principio de proporcionalidad, de modo que la representación femenina en las ejecutivas del sindicato y de cada federación e unión territorial debe equivaler al porcentaje de afiliadas. El criterio se cumple a rajatabla en todos los órganos, con una excepción que se corregirá en breve, según ha informado el secretario de organización, Xesús González: en el secretariado en funciones del sindicato, que está a punto de renovarse, sólo se cuentan tres mujeres (23%), de un total de 13 miembros.
También en las empresas, donde cerca del 30% de los delegados sindicales de CC OO, UGT y CGT en los centros de trabajo son mujeres, se hace sentir con fuerza la voz femenina. En el caso de la USOC, son 4 de cada 10. Rosa Palau, presidenta del comité de empresa de Lear, que encabezó decenas de manifestaciones contra el cierre de esta fábrica de Cervera (Segarra), es buena prueba de ello.
Más difícil resulta que las mujeres lleven las riendas de un sector o territorio del sindicato, casos que se cuentan con los dedos de las manos: las secretarias generales de Enseñanza, Sanidad y del Baix Llobregat, en CC OO; la del Vallès Oriental-Maresme en la UGT; la del Barcelonés, en la CGT; y las del Textil-Química, Enseñanza y Baix Camp, en la USOC, a las que hay que sumar la secretaria general del sindicato, Antònia Gil, que ocupa el cargo desde 1998.
"Es por falta de tiempo"
Los sindicatos se atribuyen parte de la culpa para explicar la menor participación de las mujeres en la primera línea de la acción sindical. "Está claro que no es un problema de capacidades, sino de falta de tiempo", dice Frederic Monell. El funcionamiento del sindicato no lo pone fácil a las mujeres, quienes además de las responsabilidades sindicales y del trabajo remunerado cargan con las tareas domésticas. "Hacen falta más políticas internas de conciliación de la vida familiar y laboral", dice la secretaria de la Mujer de CC OO, Mercè Civit.
"Existe una gran diferencia entre convocar una reunión a las nueve de la mañana o 20 minutos después, cuando los niños ya están en el colegio", explica la secretaria de Políticas de Igualdad de la UGT, Laura Pelay. "Nos hemos amoldado a una estructura sindical pensada por hombres en lugar de adaptarla a las necesidades de la mujer", añade.
Ambos sindicatos saben que les queda mucho camino por recorrer para predicar con el ejemplo y corregir inconvenientes que tanto critican de las empresas. Dicen que están en ello.
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