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Rusia y la UE buscan un acuerdo para renovar sus relaciones tras la ampliación

Romano Prodi y seis comisarios negocian en Moscú una solución a las diferencias

Pilar Bonet

Rusia y la Unión Europea limaron algunos obstáculos y se acercaron ayer a un acuerdo sobre la nueva etapa de sus relaciones, una vez que se produzca la ampliación del 1 de mayo, durante la visita que el presidente de la Comisión, Romano Prodi, realizó a Moscú. Prodi, acompañado de seis comisarios, y el líder del Kremlin, Vladímir Putin, arropado por media docena de funcionarios, incluido el jefe del Gobierno, Mijaíl Fradkov, varios ministros y asesores, conversaron durante varias horas en Novo-Ogariovo, en las afueras de Moscú.

Al término de la reunión, el primer ministro ruso se declaró optimista. "La comprensión ha aumentado" y "seguramente se encontrarán soluciones en el próximo futuro" para "los agudos problemas" debatidos, dijo.

Para los representantes de Bruselas, uno de los objetivos de la cita era conseguir que Moscú acepte extender el Tratado de Cooperación y Amistad con la UE (ratificado en 1997) a los nuevos socios, varios de los cuales o bien fueron aliados de la desaparecida Unión Soviética en el Pacto de Varsovia o bien, como los tres Estados bálticos, formaron parte del Estado soviético hasta 1991. Para ingresar en la UE, estos países han tenido que denunciar tratados bilaterales con Rusia, que hubieran entrado en contradicción con la legislación comunitaria. El Kremlin cuantificó esta circunstancia como una pérdida de centenares de miles de dólares en su comercio bilateral y presentó una lista de 14 puntos a Bruselas.

Las negociaciones de ayer eliminaron por lo menos uno de los tres problemas que todavía quedaban pendientes en la lista. Se trata del tránsito de mercancías desde el principal territorio ruso al enclave de Kaliningrado, que tras la ampliación quedará insertado en un espacio de la UE. Putin anunció que se había llegado a un acuerdo de principio sobre este tema y Prodi dijo que el documento al efecto estará listo el próximo martes.

El presidente de la comisión no dio detalles sobre el compromiso alcanzado para resolver el problema de los vehículos de transporte rusos, que hoy por hoy no suelen ajustarse a los requisitos técnicos del transporte comunitario. Prodi salió ayer al paso de las preocupaciones de Rusia por el futuro de Kaliningrado y aseguró ayer que la Unión Europea está dispuesta a asumir obligaciones económicas para el desarrollo de enclave.

La protección de las minorías rusas de los Estados bálticos es otra de las reivindicaciones rusas. Prodi reiteró que la UE debe seguir atentamente la situación de las minorías, pero señaló que los rusos del Báltico no pueden ser objeto de un acuerdo entre Rusia y la UE.

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La supresión de visados con Europa, el tercer punto pendiente del temario ruso, estuvo también sobre el tapete. Prodi insistió en su visión de una Europa sin divisiones y en su deseo de que se supriman los visados entre Rusia y la UE. Afirmó sin embargo, que este objetivo requiere fases intermedias y señaló que Bruselas y Moscú avanzan en este proceso. El tema de los visados es, según Prodi, "muy delicado", porque "afecta a diferentes países y en diferentes grado".

Varios Estados de la UE han negociado o se proponen negociar régimenes bilaterales de visados más flexibles de lo que es habitual en la aplicación de las normas del acuerdo de Shengen. El último en anunciar pasos en este sentido fue esta semana el jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi. Ayer, la Comisión Europea envió a los Estados miembros del régimen Shengen una recomendación para que simplifiquen los visados con Rusia sobre una base de reciprocidad para categorías de ciudadanos como estudiantes, científicos y trabajadores del mundo de la cultura.

Protocolo de Kioto

En algunos temas de fondo no directamente relacionados con la ampliación, Rusia y la UE mantienen su diferencias. El protocolo de Kioto y la diferencia de precios en el mercado energético interior y exterior de Rusia siguen siendo las espinas que afectan las negociaciones para el ingreso ruso en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Prodi insistió en que Rusia debería ratificar Kioto para afrontar un desarrollo económico diversificado y menos dependiente de las materias primas. También afirmó que la UE quiere negociar el acceso de los rusos al mercado de la electricidad en Europa y el acceso de los europeos al mercado del gas en Rusia. Moscú y Bruselas, según dijo Prodi, tratarán de resolver antes del 21 de mayo, fecha de su próxima cumbre, los principales conflictos en su negociación para el ingreso de Rusia en la OMC.

Romano Prodi (izquierda) y Vladímir Putin, en Moscú.
Romano Prodi (izquierda) y Vladímir Putin, en Moscú.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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