Ibarretxe responde al Gobierno que no retirará su plan de reforma del Estatuto de Gernika

El lehendakari,Juan José Ibarretxe, no rectificará ni retirará su plan soberanista ni tampoco pedirá a José Luis Rodríguez Zapatero que rompa el Pacto Antiterrorista. Fue su respuesta a Zapatero ayer en Madrid, una semana después de que el presidente le pidiera la rectificación de su plan en el debate de investidura. "Jamás pediré que rectifique a nadie ni siquiera el Pacto Antiterrorista, porque forma parte del pasado. Vengo a ofrecer y a no pedir nada". Con esa actitud, anunció el compromiso del PNV de participar activamente en la ponencia de reforma constitucional, lo que no hizo en 1978.

Ibarretxe compareció en Madrid, en un coloquio del Foro Nueva Economía, en medio de una importante expectación y con un acompañamiento institucional inédito en sus anteriores presencias en la capital, en la etapa del Gobierno de José María Aznar. El recién estrenado ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla; el presidente del Senado, Javier Rojo; el ex vicelehendakari socialista Ramón Jáuregui, así como una amplia representación nacionalista, con el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, a la cabeza, y la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, figuraban entre los numerosos asistentes que llenaban la sala.

El lehendakari no se anduvo con tapujos para reconocer el "enorme alivio" que sentía por el cambio de Gobierno, con Zapatero ahora al frente del Ejecutivo. Ante el "nuevo clima" y los "nuevos tiempos", Ibarretxe anunció que venía a "ofrecer diálogo y participación" al nuevo Ejecutivo socialista, con cuyo presidente mantiene una frecuente relación telefónica desde que fue elegido secretario general del PSOE hace cuatro años y con el que se entrevistará próximamente, según anunció. En ese marco, también aseguró que el PNV participará activamente en la ponencia de reforma constitucional que tiene como objetivo primordial la conversión del Senado en Cámara territorial.

Pero Ibarretxe aclaró desde el principio de su intervención que pese a los "nuevos tiempos tenemos los mismos problemas de antes". Lo formuló así: "La refoma del Estado está sobre la mesa y la cuestión de fondo es si aceptamos o no el Estado plurinacional y la asimetría. No lo planteamos sólo nosotros", dijo en alusión a las anunciadas reformas de los estatutos catalán y andaluz.

Anunció que no rectificará su plan, como le pidió Zapatero en su debate de investidura. E incluso, a preguntas de los asistentes, afirmó que no contemplaba un rechazo del Gobierno a la propuesta de reforma del estatuto que salga del Parlamento vasco "cuando el presidente del Gobierno socialista ha mostrado de antemano su respeto a lo que se decida en Cataluña". En Cataluña se ha creado una ponencia en el Parlamento autonómico para discutir el alcance de la reforma. En Euskadi, Ibarretxe remitió al Parlamento vasco su propuesta, que se está tramitando en comisión.

Como muestra de equidad, el lehendakari adelantó que tampoco exigirá a Zapatero que rompa el Pacto Antiterrorista que mantiene con el PP desde 2000, pese a no gustarle. Ibarretxe sostiene que dicho pacto contempla un final de la violencia en Euskadi por la vía exclusivamente policial y no admite que en el País Vasco existe un conflicto político, en contraste con el Pacto de Ajuria Enea de 1988, en el que participaron nacionalistas y no nacionalistas.

También dejó claro que fia su confianza en el futuro a las relaciones bilaterales con Zapatero, pero no en las que mantiene con los socialistas vascos. En este sentido, Ibarretxe defendió la apuesta por el tripartito vasco -PNV, Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida-Ezker Batua- con un horizonte superior al de las elecciones autonómicas del próximo año. "Aún cuando después de las próximas elecciones en el País Vasco se pudieran producir acuerdos con otras fuerzas políticas, estos eventuales acuerdos en ningún caso supondrían la ruptura del consenso entre los tres partidos que forman el actual Gobierno", aclaró en referencia a los socialistas.

No obstante, se curó en salud respecto al Partido Socialista de Euskadi y al PP vasco al admitir que en la propuesta del tripartito autonómico "no está toda la verdad, que tiene que ser complementada con la visión y propuestas de los demás partidos". Pero, aunque admitió que el tripartito vasco no tiene la mayoría absoluta -36 sobre 75 escaños del Parlamento vasco- señaló: "Muy mal tenemos que hacer los deberes para no tener más apoyos que los que tuvo la Constitución, del 30,8%". No se pronunció sobre la posibilidad de una tregua o un cese definitivo de la violencia de ETA, porque es "absurdo interpretar racionalmente las decisiones de una banda terrorista". Pero sí se pronunció sobre la ilegalizada Batasuna, de la que dijo que la mayoría de sus votantes "está absolutamente en contra de la violencia de ETA y reclama su final".

Los asistentes pusieron el acento en la actitud dialogante de Ibarretxe. Así, el presidente del Senado, el socialista Javier Rojo, señaló: "Hoy se ha reflejado en Madrid un nuevo signo de inteligencia y un talante democrático. Es una demostración de cambio en las formas que preconiza nuevas vías de entendimiento y diálogo".