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Reportaje:EXCURSIONES | Molino del Corcho

El pastor y el rey

La ruta, que discurre entre la ribera del Huesna y las vías del ferrocarril, está a pocos kilómetros de Cazalla de la Sierra

Manuel Planelles

José Truyo tiene 66 años. Ya no es el guarda de ninguna finca; está jubilado. Pero sigue trabajando: "Ahora lo hago para mí". Bueno, para su "ganado", 150 ovejas que descansan al borde del sendero del Molino de Corcho. Esta ruta -una de las 14 que Medio Ambiente ha acondicionado en la Sierra Norte de Sevilla- comienza en la carretera que une Cazalla de la Sierra con Constantina, cerca de un antiguo apeadero del ferrocarril.

En el sendero, de siete kilómetros de longitud, hay cosas que permanecen siempre igual: el río Huesna a un lado y la línea de ferrocarril Mérida-Sevilla al otro. Casi todo lo demás puede cambiar dependiendo del día. Lo que un miércoles es tranquilidad, un domingo es bullicio. Las dos áreas recreativas de la ruta -la de Isla Margarita y la de Molino de Corcho- son demasiado agradables y, los fines de semana, cientos de personas se acercan a comer, a pescar truchas o a pasear.

Pero a los ruiseñores, machos, no les importa mucho la masificación del campo. Ellos siguen a lo suyo, que es cantar. En las copas de los olmos, sauces y chopos, que forman una galería sobre el río, es primavera desde hace tiempo. Los machos intentan seducir con sus trinos, incesantes día y noche. "Si dejan de cantar se les muere la hembra", por la boca del pastor José Truyo hablan las creencias de "los viejos" del lugar.

Los ruiseñores comparten el aire con calandrias, arrendajos y rapaces ratoneras. Los grajos van por libre. Han preferido salirse de la galería de árboles que techa el Huesna y se han instalado en uno de los puentes por los que pasa el tren.

Antes de llegar a este puente, las vías del ferrocarril pasan por el antiguo apeadero de la estación de Cazalla-Constantina. La madera de la antigua garita del jefe de estación ya está carcomida. Hace muchos años, cuando todavía las máquinas de los trenes funcionaban con la fuerza del vapor, el río también servía como fuente de energía. Una presa abastecía a los convoyes.

La fuerza de las aguas también servía para mover los brazos de las decenas de molinos de la ribera. Hoy, la mayoría de esas construcciones se ha reconvertido en casas rurales. José Truyo, el pastor de ovejas, se queja de que ya no se puede caminar por los márgenes del río porque "se han construido muchas casas sin permiso".

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Durante las dos horas que se tarda en completar el sendero del Molino del Corcho se pueden ver, con algo de suerte y mucha paciencia, algún zorro, cochino, oveja o nutria. "De vez en cuando, también se escapa algún venado de las fincas", cuenta José Truyo, "pero ya no queda ningún conejo".

En la zona existen muchos cotos para la pesca y la caza. Fue, precisamente, la afición cinegética de Felipe V, lo que le llevó a instalar su Corte en la villa de Cazalla de la Sierra durante el verano de 1730. Por aquellas fechas, la hipocondría del monarca le hacía pensar en abdicar. La reina, Isabel de Farnesio, decidió buscar un lugar con abundante caza para distraerlo. Y eligió estos bellos parajes de chopos y olmos.

Aguardiente de Cazalla

- Cómo llegar. La ruta parte del Área Recreativa de la Isla Margarita (un islote acondicionado en la bifurcación del río Huesna). Este parque se encuentra a 1,5 kilómetros de la estación de tren Cazalla-Constantina, en la carretera SE-168.

- Dificultad. El sendero no tiene una dificultad muy elevada, pero en su último tramo -cuando discurre por una cañada real- el camino se hace más angosto y escarpado. Además, en invierno las aguas del río pueden llegar a invadir el camino. Es recomendable llevar un calzado adecuado.

- Qué ver. Quizás, lo más conocido de Cazalla de la Sierra sea su aguardiente, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. Pero en este municipio serrano existe un amplio repertorio de arte sacro. La iglesia arciprestal de Santa María de la Consolación es una buena muestra. Está adosada a una puerta de las antiguas murallas almohade y se levantó entre los siglos XIV y XV. Esta iglesia está declarada Monumento Histórico Artístico Nacional. Otra de las joyas arquitectónicas de Cazalla es el Convento de San Agustín, fundado en el siglo XVI. Actualmente es la sede del Ayuntamiento y de una fábrica de anisados.

- Y qué más. A pocos kilómetros se encuentra el centro de Visitantes El Robledo, donde se puede conseguir más información sobre la fauna y flora del parque de Sierra Norte. Está situado en el kilómetro uno de la carretera que une Constantina y El Pedroso (955 88 15 97).

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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