Política educativa

Resulta increíble que a pocos días de las elecciones legislativas nacionales y estando todavía el actual gobierno del PP ya se esté dando por sentado que la Ley Orgánica de Calidad Educativa (LOCE) va a ser modificada en cuanto a los Decretos que la desarrollan. No puede ser que la educación, y con ella las leyes que dan soporte al sistema educativo español, dependan exclusivamente del color político del Parlamento. Se hace pues necesaria, a mi entender, una ley educativa que esté por encima de los colores que puedan existir en dicho Parlamento. Si el PSOE promulgó en su día la LOGSE, ésta fue modificada por el PP con la implantación de la LOCE, de la que sólo ha aparecido desarrollo normativo en el territorio MEC, es decir Ceuta y Melilla, puesto que en las Comunidades Autónomas, con las competencias educativas transferidas, prácticamente no ha aparecido nada que vaya desarrollando la misma.

No hay que olvidar, por otra parte que se trata de una ley orgánica y que por lo tanto no es tan sencilla de modificar, aunque no lo es en todo su articulado y por tanto ya había partes susceptibles de modificación por las propias Comunidades Autónomas.

No es serio que el sistema educativo dé esa clase de bandazos. Religión sí, religión no. Promoción automática sí, promoción automática no. Es por ello totalmente necesario un gran pacto a nivel nacional, o tal vez, y no sé si con esto puedo estar diciendo una gran barbaridad, un gran pacto supranacional, a nivel europeo, que garantice un sistema educativo común a todas las regiones europeas, teniendo en cuenta, cómo no, las diversidades de cada uno de los territorios que comprende.

El problema de la mala gestión en política educativa en definitiva siempre la sufren los mismos, los profesores que han de estar adaptándose al sistema de turno y, los principales sufridores, que son los alumnos que realmente se encuentran siempre a expensas de la ley que impera en cada momento y que puede hacerles modificar su trayectoria de modo importante.

Porque, ¿qué va a pasar ahora con los itinerarios de la ESO y con la modalidades del Bachillerato? ¿Van a seguir con la selectividad, con la prueba general del bachillerato, o con algo que nos podamos inventar ahora? ¿Se va a acabar con la promoción automática o no? ¿La educación preescolar va a tener carácter educativo y asistencial o solamente educativo, o sólo asistencial? ¿Qué va a ocurrir con los conciertos educativos, que si bien comenzaron con el PSOE, no sabemos qué línea van a seguir cuando tal vez estén muy condicionados por algunos partidos con los que hayan de pactar?

Esperamos que, de una vez por todas, sea el sentido común el que impere para que podamos trabajar y hacer las cosas de una manera racional.