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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La retirada de Irak

Soy estadounidense y llevo más de 12 años viviendo en España. Llegué aquí por primera vez en el año 1990 para terminar mis estudios universitarios en Sevilla. Recuerdo que necesitaba la recomendación escrita de dos de mis profesores para solicitar el curso, y cuando uno de ellos me preguntó por qué quería ir a España, le dije alguna chorrada sobre mi deseo de "ver más de cerca una nueva y emergente democracia", aunque, para ser sincero, pensaba más en el sol, los famosos bares y esas chicas morenas tan guapas.

Bueno, ahora tengo que confesar que tal vez no era una tontería lo que dije a aquel profesor. Después de los sucesos del último mes, este país realmente ha logrado ganar mi respeto y admiración. Jamás he experimentado un ambiente político tan vivo y tan lleno de esperanza y optimismo. El contraste con el cinismo que los estadounidenses han sentido por la política desde después de los años sesenta (lo que representa toda mi vida) no podría ser mayor. La madurez democrática con que los españoles han ido a las urnas después de los sucesos del 11-M (casi un 80% de participación, algo impensable en mi país) y la forma en que pedían responsabilidades políticas a través de su voto con tanta convicción y tan poco miedo son toda una lección en la democracia. Espero que la gente de mi país tome nota.

Y ahora el nuevo presidente me ha vuelto a sorprender. En otro acto de gran convicción, anuncia la retirada de las tropas españolas de Irak. Con Aznar, siempre tenía la sospecha de que lo que quería era que el mundo tomase a España en serio, ser uno de los peces gordos de la diplomacia mundial; en una palabra, quería respeto. Creía que lo podría lograr sirviendo a la peligrosa Administración del señor Bush y desoyendo los deseos de la gran mayoría de los españoles, pero el señor Aznar olvidó una cosa: el respeto se gana. Creo que el presidente Zapatero, con esta decisión basada en la responsabilidad y el sagrado principio democrático de la promesa electoral, va a ganar infinitamente más respeto para España que Aznar con su servilismo ciego. Y con ella, curiosamente, también intuyo que ese gran peso diplomático español que tanto deseaba el señor Aznar por fin va a hacerse sentir en Washington y en el mundo. Toma nota, señor Bush.- Brian Engquist. Madrid.

Me preocupa la precipitación de Zapatero en sacar nuestras tropas de Irak antes de cumplirse el plazo que se había fijado para ello. Siendo aquello un avispero al borde de la guerra civil, puede ser entendido como una actitud de cobardía, o como la de las ratas que abandonan el barco antes del hundimiento. Me preocupan las consecuencias que ello pueda tener en nuestras relaciones con los Estados Unidos; no sólo en cómo puede afectar a su ayuda en la lucha contra el terrorismo de ETA, sino también a las relaciones comerciales entre ambos países, así como a su papel en el contencioso que mantenemos con Marruecos respecto a Ceuta y Melilla. Aunque no gane Bush las elecciones; también Kerry ha pedido que no se saquen de allí nuestras tropas.

Y me preocupa por si ha tomado esta decisión por exigencias de ERC e IU para pagar su apoyo en la investidura. Ese estar condicionado por los independentistas y comunistas durante la legislatura supondría una repetición, si no de derecho sí de hecho, del tripartito a escala nacional. Ya sé que era una promesa electoral el regreso de nuestro ejército de Irak, pero no el hacerlo antes del 30 de junio. ¿Por qué tanta prisa?. Federico Gómez Pardo. Girona

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