El gobernante con más respaldo electoral

Las dotes políticas que le han permitido conseguir cinco mayorías absolutas en Castilla-La Mancha -y, tras 20 años de gobierno, obtener en 2003 el récord del 58% de los votos- le ha llevado a que le nombre ministro de Defensa el rival al que se enfrentó, y frente al que perdió, en la disputa por la secretaría general del PSOE hace cuatro años. Y es que José Bono ha acreditado ser un político que fomenta la cercanía a los ciudadanos, partidario de respetar ostensiblemente valores que considera ampliamente compartidos en la sociedad española y que desconfía de los planteamientos nacionalistas.

A esas características se suman un deliberado esfuerzo por anteponer los intereses de su comunidad autónoma a los de su partido, y una confesada preferencia por "echar las redes electorales en los caladeros del centro-derecha". Zapatero ha visto en esas cualidades un valor para la política de Estado que le ha encomendado, y que en todo caso debía prevalecer sobre el grado de sintonía que había entre ellos.

Bono, de 53 años, natural de Salobre (Albacete), abogado, católico, casado y padre de cuatro hijos, siempre ha demostrado sentido pragmático desde que en 1977 fue uno de los militantes del PSP que impulsó la fusión de ese partido, encabezado por Enrique Tierno Galván, con el PSOE, renovado y emergente. Por múltiples motivos -incluida alguna disputa con Gabinetes de Felipe González-, ha cultivado la presencia en la política nacional desde hace muchos años. Así que su entrada en el Gobierno de la nación supone un ascenso en su trayectoria, pero no una irrupción en el escenario de la popularidad. En cuanto a su ministerio, ya ha tenido oportunidad de conocer el trato con los militares, dado que en Toledo está la Academia de Infantería y el Alcázar.