Zapatero hecho fraile

"Ya tenemos a Periquito hecho fraile", decía de Sagasta un personaje de Galdós (en Cánovas); a Zapatero con su lezna, su cordonería, para arreglar España. Dio respuestas claras a preguntas claras, y como pudo a las capciosas del taimado Rajoy, que hace de gallego de sainete. Zapatero trae política parlamentaria con rostro humano (¿lo perderá?) y Aznar le puso facies de alumbrada de la Encarnación Benita. Más que lo que dijo, lo que replicó, interesó su tono, y su dominio. ¡Cuánto ha aprendido desde su tiempo de candidato a candidato! Le miré entonces con duda de que pudiera representar el papel de presidente del Gobierno; me parecía un aficionado. Le veo ahora y es un buen profesional. Supongo que resuenan todavía en sus oídos los "¡No nos falles!" de los jóvenes de la izquierda en la noche de su elección, la de la paliza a la desbandada conservadora. Pero veo ahora los bancos gesticulantes con cara de fans de quienes están siendo ya la oposición y todavía con colmillos, los lobatos. No han aprendido; no quieren aprender. Esperan las elecciones europeas de junio. En España siempre estamos esperando elecciones, ¡hay tantas! Y una moción de censura en la que se le vayan a Zapatero los que le apoyan: la izquierda. También tienen la esperanza en el acontecimiento más que en los desarrollos políticos: creen que han muerto de acontecimiento y no de larga caída, y que el acontecimiento fue, además, preparado. Largan, felices, toda una serie de datos oscuros para demostrar que los atentados de Atocha estaban preparados antes del envío de soldados a Irak, solamente por ser España, o para vengarse de los Reyes Católicos. Quizá podían ver venir lo contrario: una disolución de Zapatero, después del plazo reglamentario, y unas elecciones que les barrieran del todo.

(Alumbradas: monjas que creían que la oración perfecta las eximía de los pecados: hacían de todo. Imagen de una de ellas: "La santidad de sor María de Jesús se manifestaba en lo milagroso, como eran su don de la profecía, bilocución y su capacidad de penetrar las conciencias": ¡el propio Aznar! Por Armando González Morales, sobre las de Puebla). Aquí las agarraron en San Plácido (San Roque esquina a Pez).