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FÚTBOL | Jornada 33ª de la Liga

'Derby' con mucha miga

Las ausencias de Torres y Ronaldo marcan el duelo del Manzanares con el Atlético a la espera de un Madrid en estado crítico

Santiago Segurola

Como esas historias obligadas a repetirse hasta el infinito, este derby retoma casi todos los ingredientes del último en el Manzanares: el Madrid en un estado de máxima necesidad y el Atlético con todo el interés por hundir a su poderoso vecino. Hace un año, el Madrid perseguía a la Real Sociedad en una complicada lucha contra el tiempo. Apenas le quedaban partidos para cazar al líder y se observaban signos de fatiga en el equipo. Al fondo sonaban sables tras la derrota con la Juventus en las semifinales de la Copa de Europa. Del Bosque tenía los días contados y el modelo del club era motivo de un ruidoso debate. Como ahora, pero con la mitad de decibelios. En apenas un mes, el Madrid ha encendido todas las alarmas: derrotado en la final de Copa, se ha estrellado en la Copa de Europa y ha desperdiciado ocho puntos de ventaja sobre el Valencia. Con esta sensación de desplome, y en medio de una agitación social desconocida durante el mandato de Florentino Pérez, acude al Manzanares.

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Ronaldo salvó al Madrid el pasado año. Su espectacular trecho final en la Liga fue decisivo en la conquista del título. Esta temporada, las ausencias del brasileño han determinado casi siempre las horas más bajas del Madrid. No jugó la final de Copa, no acudió a Bilbao y se lesionó cuando su equipo todavía daba señales de vida contra Osasuna. Sin Ronaldo, todos los males del Madrid parecen mayores. De repente, parece un equipo más lento, menos contundente, más previsible. Bien, Ronaldo no estará en el Manzanares. En una semana de pésimas noticias, ésta es la peor para el atribulado Madrid de estos días. Tendrá que demostrar frente al Atlético todo aquello que no ha acreditado sin el delantero brasileño: poderío, contundencia, amenaza. Y lo hará en circunstancias extremadamente adversas, angustiado por el escaso margen de maniobra que tiene para atrapar al Valencia, por la debilidad defensiva que le ha llevado a encajar cestos de goles en los últimos partidos, por la dificultad de los pavones para hacerse merecedores de un puesto en el equipo, por la sorprendente incapacidad de los zidanes para marcar diferencias, por un cierto clima de guerra civil que se adivina en el equipo y su entorno, por el déficit de autoridad que ahora mismo se observa en Queiroz, un hombre decididamente solo. Y también porque le espera el Atlético, el menos convencional de los vecinos.

Para empezar, el Atlético concedió al Madrid la mayor y más inesperada ventaja. Se quedó sin Fernando Torres, lo que en terminos de importancia multiplica en el Atlético la sensación de orfandad que padece el Madrid sin Ronaldo. Torres se ha erigido esta temporada en el jugador que se sospechaba. Es decir, un delantero de primer orden, con una velocidad y una potencia casi desconocidas entre los futbolistas españoles. Esas cualidades se hacen más visibles en el Atlético, que busca un lugar en la Copa de la UEFA con un equipo menor. Ni tan siquiera Ibagaza ha ofrecido las prestaciones que se esperaban. El Atlético ha jugado con más tenacidad que clase. No le ha quedado más remedio. La hinchada ha asistido con resignación a un fútbol insustancial, sólo elevado por los fogonazos de Torres. Pero en contra de lo habitual, el Atlético ha mantenido una calma institucional que se ha trasladado a la grada. Fuera del contencioso que produjo el ninguneo del técnico Gregorio Manzano a Movilla, la temporada ha sido tranquila. Todo el mundo ha aceptado que esta cota es la que corresponde al actual Atlético.

Sin apenas satisfacciones por el camino, el Atlético tiene apuntado el derby como el gran acontecimiento de la temporada. Se reúne la voluntad de entregar una gran victoria a los aficionados con el deseo de descabalgar al Madrid en la Liga. Ya sucedió el pasado año, en lo que se consideró como el gran acontecimiento del centenario del club. Fracasó entonces el Atlético. Ahora tiene una segunda oportunidad. No dispone de Torres, pero tampoco tendrá a Ronaldo enfrente. No está sobrado de juego, pero el Madrid ha entrado en una fase rasante de fútbol. Son dos equipos obligados esta noche a levantar el vuelo. No pueden esperar nada decente de la situación en la que se encuentran en estos momentos. Por difícil que parezca, lo pueden conseguir. El Madrid, porque necesita aflojarse el nudo que le aprieta y porque tiene buenos jugadores. El Atlético, porque ésta es la oportunidad del año.

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