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El 'comando' del 11-M iba a dividirse y tenía ya otro piso cuando fue rodeado en Leganés

Los terroristas hicieron una docena de llamadas antes de suicidarse, dos de ellas a Londres

Jorge A. Rodríguez

El comando del 11-M tenía previsto dividirse en dos para seguir atentando y ya tenía alquilado otro piso, además del de Leganés (Madrid), para utilizarlo como refugio, según fuentes policiales. El traslado iba a hacerse, supuestamente, durante el primer fin de semana de abril, pero el día 3, sábado, los terroristas se vieron rodeados por la policía y optaron por suicidarse matando. Antes de volar por los aires con 50 kilos de dinamita, hicieron una docena de llamadas telefónicas. Sarhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, hizo dos a Túnez, dos a Londres y una a Marruecos.

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Las investigaciones siguen avanzando y están aportando elementos inquietantes. Uno de ellos es que, según fuentes de la investigación, el grupo que se acantonó en un piso del número 40 de la calle de Carmen Martín Gaite tenía previsto dividirse en dos, según fuentes policiales. Para ello, ya disponía de un segundo piso, localizado gracias a pesquisas en agencias inmobiliarias.

Los terroristas se sentían seguros en el piso de Leganés, desde el que intentaron el atentado contra el AVE, pero el avance de las fuerzas de seguridad (las detenciones de varios implicados en el 11-M y la localización de la casa de Morata de Tajuña-Chinchón) les debió llevar a plantearse la división. Ya tenían dividido el explosivo en dos bolsas de deportes, que estaban guardadas en un armario empotrado.

La separación iba llevarse a cabo de forma inmediata, según se cree, pero el 3 de abril los terroristas se vieron rodeados por la policía. Antes les dio tiempo a grabar en dicha vivienda al menos uno de los vídeos de amenaza. Entre los escombros ha sido encontrado un trozo de paño verde rectangular con una inscripción en árabe, la misma que aparece tras los fanáticos que perpetraron los atentados y amenazaron con matar más.

Los terroristas tomaron la decisión de suicidarse cuando se sintieron totalmente rodeados por la policía, y pensaban que podían matar a varios agentes. Tomada la decisión de morir, hicieron una docena de llamadas telefónicas, la mayoría a las familias. Cinco de ellas fueron efectuadas desde un mismo teléfono por parte de El Tunecino.

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Dos de las llamadas realizadas por el cabecilla del grupo fueron hechas a familiares suyos a Túnez, otra a Marruecos (presuntamente a su esposa, menor de edad) y dos de ellas a Londres. De estas últimas, sólo una le fue contestada, según han informado fuentes de la investigación.

Los terroristas habían acumulado en la casa unos 50.000 euros, una especie de caja de resistencia para mantenerse en la clandestinidad. De esa cantidad, 600 euros habían sido sacados por El Tunecino de su cuenta personal en el BBVA una semana antes de los atentados. Los hermanos Oulad Akcha habían sacado en dos tandas casi 13.000 euros.

Detenido en libertad

Mientras, el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo dejó ayer en libertad, tras tomarle declaración, a Ibrahim Afalah, detenido el pasado 11 de abril en Leganés. Fue el primero de los últimos seis detenidos en pasar ante el juez. Aún deben declarar ante Del Olmo los marroquíes Said Aharouch, detenido el Viernes Santo en Parla (Madrid); Hassan Belhadj, arrestado en Parla el pasado viernes; y Mohamed El Barrouchi, Abdelghafour Abderrazzak y Mohammed Anaoua Dahdouh, detenidos esta misma semana en la provincia de Málaga.

Además, el bosnio Sanel Sjekirica, de 23 años, domiciliado en Oviedo y al que busca la policía española por su posible relación con grupos islamistas radicales, se encuentra en Suecia visitando a su novia y regresará hoy a España para entregarse a las autoridades, según ha informado él mismo. La policía relaciona a Sjekirica con varios de los implicados en los atentados del 11-M y considera que puede aportar información valiosa para la investigación. Sjekirica viajó a Suecia el 17 de marzo sin conocimiento de su madre, a la que había asegurado que pasaría la Semana Santa en Andalucía, informa Javier Cuartas.

Sjekirica aseguró al diario La Nueva España, de Oviedo, que es ajeno a los atentados y que cuando salió de España desconocía que estuviesen siendo buscadas, en relación con esos hechos, personas que él conocía. El estudiante bosnio convivió durante un año en un piso en Madrid con Serhane Abdelhamid, El Tunecino.

Además, coincidió con Fouad El Morabit, actualmente en prisión, cuando ambos eran alumnos de Aeronáutica en la Universidad Politécnica de Madrid. Posteriormente, Sjekirica, ahora alumno de la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial de Gijón, tramitó la matriculación de El Morabit en este centro.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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