El mundo del ahora
Como en otras ocasiones, son trágicos acontecimientos los que nos hacen reaccionar a los españoles. También Europa se mueve ahora convulsa con nosotros. Leo estos días El mundo del ayer, Memorias de un europeo, de Stefan Zweig. Este escritor y humanista vienés se empeñó en la tarea de una Europa unida cuando muy pocos creían aún en ella. Esa visión llevaría a Zweig al desconsuelo del suicidio en 1942, cuando creyó que nunca llegaría a verla con sus ojos. Las dos guerras entre naciones del continente impidieron realizar antes este camino. Por ello antes de morir escribe esto en su libro: "Había reconocido al adversario contra el que tenía que luchar: el falso heroísmo que prefiere enviar al sufrimiento y a la muerte primero a los demás, el optimismo barato de profetas sin conciencia. Al que estaba en contra de la guerra, que ellos no sufrían, lo llamaban traidor. Era la pandilla de siempre, eterna a lo largo de los tiempos, que llamaban cobardes a los prudentes, débiles a los humanitarios, para luego no saber qué hacer, desconcertada en la hora de la catástrofe, que ella misma irreflexivamente había provocado".
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