Francia intenta vender las reservas de oro para reducir su déficit

El nuevo ministro francés de Economía, Nicolas Sarkozy, se enfrenta a un buen número de problemas legales y de procedimiento para echar mano de las reservas de oro del Banco de Francia. Hace una semana citó esa posibilidad durante una entrevista televisada, pero el banco ha precisado que ni esa institución ni sus homólogas pueden utilizar libremente sus reservas en la zona del euro, porque están afectadas a las reservas de cambio de las que puede disponer el Banco Central Europeo (BCE).

El actual Gobierno de París, nombrado tras la derrota del anterior en las elecciones regionales, actúa bajo la presión de obtener recursos para resolver necesidades inmediatas. Un verdadero rompecabezas para el nuevo ministro de Economía, Nicolas Sarkozy, acreditado por una brillante gestión en Interior y enfrentado ahora al desafío de aprobar la asignatura suspendida por el Ejecutivo. Sus primeras declaraciones apuntan a la necesidad de "ahorrar" en los gastos del Estado, vender edificios de su propiedad -12 millones de metros cuadrados de oficinas pertenecen al Estado francés- y ejecutar algunas privatizaciones.

La más importante es la de los gigantes públicos Electricité de France (EdF) y Gaz de France (GdF). Sarkozy recibió ayer a los sindicatos para anunciarles que esas empresas tendrán un nuevo estatuto en julio próximo y les garantizó que "no serán tratadas nunca como cualquier otra", pero les dio a entender que habrán de contar con una privatización parcial.

No obstante, esa reforma de fondo no permite obtener recursos a corto plazo. De ahí el estudio de opciones como la de meter mano en las reservas de oro del Banco de Francia, unas 3.000 toneladas, cuyo precio de mercado se calcula en 30.000 millones de dólares (25.162 millones de euros). Venderlas podría representar un maná para un país afectado por un déficit público superior al 4% del PIB.

Acuerdo entre las partes

El nuevo equipo de Economía intenta reducir las reservas de oro y colocar el producto de esa venta en fondos de inversión. Los intereses obtenidos incrementarían los beneficios del Banco de Francia, dejando a esa institución en condiciones de facilitar un dividendo más elevado a su accionista, que no es otro que el Estado. Para ello hace falta que el Banco de Francia, una institución autónoma, llegue a un acuerdo con el Gobierno.

Un intento de utilizar reservas de oro para financiar programas públicos de investigación ya fue rechazado por el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, en marzo pasado, afirmando que no se pueden usar para financiar gastos de funcionamiento del Estado.

Cualquiera que sea la ingeniería elegida, en ningún caso podría afectar a la totalidad de las reservas en oro. Datos del diario Le Monde limitan el proyecto de venta a 100 toneladas anuales por lustro, la sexta parte del total de la reserva. La base de ese procedimiento es un compromiso adoptado en 1999 por los bancos nacionales y el BCE, en virtud del cual se puede proceder a "ventas marginales" del oro disponible para fines diferentes del del gasto corriente, como la reducción del déficit. Las reservas de oro y divisas de los bancos nacionales del euro se estiman en 240.000 millones de euros.