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Una entidad islámica ocupa y cambia las cerraduras de la principal mezquita de Valencia

La acción cogió por sorpresa a la organización que gestionaba las instalaciones desde 1994

La principal mezquita de Valencia fue ayer objeto de una lucha de poder por el control de sus instalaciones. El Centro Islámico de España, que tiene la cesión de los terrenos por un convenio con el Ayuntamiento de Valencia, cambió ayer las cerraduras, ocupó los locales y comenzó unas obras al margen de la entidad que ha gestionado la mezquita desde su puesta en marcha en 1994, el Centro Cultural Islámico de Valencia. Un convenio con el ayuntamiento vincula el uso de los terrenos al desarrollo de actividades culturales entre la sociedad islámica y la valenciana.

El solar fue una cesión municipal y el centro se edificó con fondos kuwaitíes y saudíes

"Han venido esta noche, han cambiado las cerraduras y han tirado un muro de las aulas sin ni siquiera tener permiso de obras". La portavoz de la asociación Centro Cultural Islámico de Valencia (CCIV), Amparo Sánchez, acudió ayer a su despacho junto a un notario y acompañada de abogados. Después de un forcejeo con los miembros del Centro Islámico de España (CIE), los representantes legales de la CCIV acudieron a los tribunales para responder a lo que creen un "atropello".

Un portavoz de la CIE, quien más tarde matizaría sus afirmaciones, justificó la acción debido a los "contactos" que la CCIV habría tenido con servicios de espionaje del Magreb, especialmente los marroquíes, que habrían intentado infiltrarse en la mezquita. "Nosotros no queremos vínculos con ningún gobierno", indicó, para asegurar que su intención era mantener "una sola voz" en los centros que el CIE tiene en Madrid, Barcelona y Granada, además del valenciano.

El Centro Cultural Islámico nació de un acuerdo alcanzado en 1988 entre el Ayuntamiento de Valencia y la comunidad musulmana. El Ayuntamiento cedió un solar de 1.700 metros cuadrados con la condición de que se levantara un edificio -un centro cultural y un pequeño oratorio- dirigido a fomentar el entendimiento entre la sociedad valenciana y la musulmana. Ante la falta de entidades organizadas en Valencia, se recurrió al Centro Islámico de España como interlocutor, como señalan desde las asociaciones de inmigrantes argelinos y marroquíes. Esta organización se hizo con los terrenos y levantó el edificio canalizando inversiones kuwaitíes y de Arabia Saudí. Sin embargo, cedió su gestión al Centro Cultural Islámico de Valencia desde su puesta en marcha en 1994, en virtud de un acuerdo no escrito, según señaló ayer la abogada del centro valenciano, Silvia Fajarnés. La entidad ha ido creciendo a lo largo de los años hasta el punto de convertirse en el principal interlocutor de la comunidad musulmana. Incluso ha obtenido un premio de la consejería de Bienestar Social por su "impulso de la multiculturalidad a partir de valores y el reconocimiento mútuo" en 2001.

Su primer presidente entre 1994 y 1996 fue el sirio Imad al Nadaf, según fuentes del centro cultural valenciano. Precisamente, es esta misma persona, junto a otros compatriotas, quienes ayer desde el CIE, entidad de la que también es miembro, accedió a las instalaciones para cambiar las cerraduras y comenzar unas obras en las aulas. Fuentes del CIE señalaron ayer a este diario que ya habían adelantado sus intenciones al CCIV a través de un requerimiento notarial cursado hacía dos semanas. Desde el centro cultural valenciano comentan que el conflicto con esta entidad se arrastra desde la firma de un convenio con la Generalitat por la que aporta 200.000 euros a través de la Consejería de Bienestar Social. En una asamblea celebrada poco después "presentó una propuesta para crear una comisión que actuara por encima de la junta directiva", recuerda Sánchez, "y se votó en contra". "Sin embargo vino a la junta a decirnos lo que había que hacer; no aceptó la derrota y quería controlarlo todo". El próximo día 25 el CCIV tenía previsto celebrar una asamblea para abordar las elecciones del mes de diciembre.

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Desde el centro cultural valenciano y fundamentalmente desde asociaciones de inmigrantes marroquíes y argelinas se reprocha a la entidad estatal su deseo de potenciar la mezquita en detrimento de las actividades culturales, que son las que dan sustento a la cesión del terreno. De hecho, estas organizaciones anunciaron ayer denuncias contra el CIE.

La entidad islámica estatal -que no pudo precisar cuántos asociados tiene- negó esta interpretación y comentó que simplemente desea remodelar las aulas en un edificio que es de su propiedad y ajustarse al convenio suscrito con el ayuntamiento. El consistorio prefirió ayer guardar silencio ante las preguntas de este periódico.

Una perspectiva de la principal mezquita de Valencia, ayer.
Una perspectiva de la principal mezquita de Valencia, ayer.JOSÉ JORDÁN

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