País de atascos
Las carreteras españolas se han cobrado un centenar de vidas en el puente de Semana Santa, según los datos provisionales. Velocidad excesiva, incumplimiento de la distancia de seguridad entre vehículos, desprecio del cinturón de seguridad y alcoholismo vuelven a aparecer como principales causas de los accidentes.
El parque automovilístico español puede haber mejorado, pero no la actitud de muchos conductores ni el estado de las carreteras y autovías. El domingo hubo retenciones kilométricas. En el caso de las autovías que unen Madrid con Andalucía y la Comunidad Valenciana, los atascos fueron agravados por el tremendo socavón en la A-3. Este socavón, abierto hace ya semanas, lleva a cuestionar una vez más la gestión de Fomento, cuyo titular sigue en funciones pero del que ya sólo se conocen sus actividades privadas.
El Gobierno de Zapatero hereda también en materia de seguridad vial una carga pesada. Los socialistas se han declarado partidarios de una política de "tolerancia cero" respecto a aquellas infracciones que provoquen accidentes con riesgo para terceros. No se trata tanto, han anunciado, de aprobar nuevas leyes -ahí están la Ley de Seguridad Vial que entró en vigor el pasado 1 de enero y el propio Código Penal-, sino de aplicar estrictamente las vigentes, y al respecto han prometido la creación de un fiscal especial para la Seguridad Vial.
En España la carretera se cobra unas 4.500 víctimas mortales por año, una cifra escalofriante. Pero es posible reducirla, y no sólo con los anuncios de gran realismo que la Dirección General de Tráfico ha vuelto a difundir, al parecer con algún éxito. Francia ha logrado rebajar de modo sensible los fallecidos en carretera merced al carné por puntos, el endurecimiento de las normas contra el alcoholismo y el exceso de velocidad, con penas de cárcel reales y la colocación de radares con cobro automático. Ahora todos los grupos políticos españoles, incluido el PP, el más reacio a ello, dicen declararse partidarios del carné por puntos y de estos radares automáticos.
La mejora de la red viaria es otra tarea imprescindible. Los atascos de entrada a Madrid el domingo pudieron haber sido menores de haber sido más empleadas las radiales inauguradas en los últimos meses. Pero sea porque muchos conductores no estaban informados de su existencia, sea porque, aunque promovidas por Fomento, son de peaje, no cumplieron al cien por cien su misión desatascadora. España sigue necesitando más inversión en asfalto. En esto tampoco estamos a la altura de otros países europeos a los que Aznar pretendía dar lecciones de buen hacer.
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